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El Four Seasons cumple 500 conciertos lejos de casa

Primer concierto de Alligators versionando a Bowie en uno de los llenos del Four Seasons. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

La celebración de los 500 conciertos del Four Seasons tendrá lugar lejos del Four Seasons. Y, por lo que se pulsa en las redes sociales, tiene toda la pinta de que será una especie de manifestación espontánea de apoyo a la sala de la calle Castelldefels. Lagartija Nick, la legendaria banda granadina, actuará el mismo día y a la misma hora inicialmente previstos, el viernes 8 de abril a las 20:00 (10-13 €), pero en la sala La Burbuja, en el polígono Fadrell de Castellón (las entradas anticipadas mantienen su validez). Antes, el concierto de La Gran Orquesta Republicana y La Ranamanca (jueves 7, 19:00, 10-12 €), también se traslada a La Burbuja. Y todo por el mismo motivo: el precedente de la suspensión de la actuación del pasado domingo, con The BellRays sobre el escenario, por exceso de aforo.

Pero el Forsi no chapa. Como decía una parroquiana habitual, “lo que no te mata, te hace más fuerte”. Y la próxima cita, además de la pinchada del líder de Lagartija Nick -Antonio Arias- el viernes por la noche, será con Betunizer, sobre lo previsto, el sábado 9 de abril (8€), aunque reduciendo su aforo a la mitad; con la perspectiva de “restablecer la normalidad cuanto antes”, según su programador, Dani Forcada, a través de una serie de medidas que están estudiando. Entre otras cosas, están reorganizando la intensa programación que tenían prevista para el mes de abril, manteniendo las actuaciones que sean viables con el aforo reducido respecto al que era habitual hasta ahora, trasladando algunas a La Burbuja y cancelando otras. Además del “reacondicionamiento de la sala” de cara a la próxima temporada.

“La Policía Local recibe varias llamadas vecinales en la sala del 092 con quejas por ruido y porque hay mucha gente y se están generando molestias. Una patrulla acude al local y comprueba in situ que hay más del doble de personas del aforo permitido. Y, ante esta situación, los agentes piden al propietario del local que regularice el aforo”. Así reza el parte policial facilitado por el Ayuntamiento de Castellón, que supuso que el concierto de los estadounidenses The BellRays, el pasado domingo 3 de abril con Ruth Baker Band abriendo la tarde, fuera suspendido y la sala desalojada, cuando a la banda de Lisa Kekaula todavía le faltaban 10 canciones para terminar. Los responsables de la sala terminaron por asumir la situación tras intentar negociar con los agentes y fue uno de sus dueños, Jordi Pomer, quien explicó lo que pasaba desde el escenario para que, a continuación, el público empezara a desfilar con resignación mientras la cantante norteamericana pedía disculpas en la puerta.

En un primer momento, algunos de los seguidores más fieles de la sala tomaron la cancelación como un parte de defunción del Four Seasons, entre críticas a las quejas vecinales, apoyándose en su trayectoria de nueve años de conciertos vespertinos (siempre finalizando antes de las 22:00), con limitador de sonido y sin generar molestias ni denuncias de los vecinos que se conocieran hasta ahora. Pero los responsables de la sala se encargaron de garantizar el futuro de la sala, “haciendo los cambios necesarios y con la ayuda del público”. Aunque en las redes sociales también se repartieron críticas altisonantes tanto hacia los propietarios, como hacia la Policía Local y el Ayuntamiento, la mayoría de mensajes han sido de apoyo hacia la sala, con decenas de usuarios de Facebook que cambiaron su foto de perfil por el logo del Four Seasons.

También se posicionaron algunos músicos, como la barcelonesa Suzy Chain, cantante de Suzy & Los Quattro y que ha visitado la sala acompañando a numerosas bandas asiduas de la sala como promotora (Surfin’ Lungs, Yum Yums, Popgun…): “El Four Seasons es un milagro para las bandas, público y promotores, que debería recibir respaldo por dinamizar la cultura en Castellón (…) y, sin embargo, está pasando por momentos duros; llamamos a la militancia del rock&roll para ayudar en lo que haga falta”. E incluso propietarios de otras salas, como Vicent Aleixandre, del pub Naraniga de Burriana: “Para los que nos gusta la música y nos dedicamos a este sector el Four Seasons es un referente; sus años (refiriéndose también al Ricoamor) de lucha para meter Castellón en el mapa de la escena musical no pueden tener una recompensa tan miserable. Es hora de apoyar su trabajo y valorar la música en directo. Larga vida al Four Seasons”.

Betunizer actuarán el sábado 9 de abril en el Four Seasons.

Mensajes de apoyo que, no obstante, no abordan al problema de fondo, las limitaciones de aforo, al que se refería con mucho acierto el guitarrista Gavin Brenes (Montefuji, ex Arkanoid), habitual tanto encima como debajo del escenario del Forsi: “Si los locales se ciñen 100% a la normativa vigente, que está pensada para otros casos, se acabó la música en directo en Castellón, porque es una situación insostenible; si ya no es rentable, imagínate limitando el aforo a la mitad”. En el caso del Four Seasons, según aseguran sus responsables, la limitación de aforo de la sala viene “condicionada por la aprobación de una licencia para un pub anterior, La Platja, que tenía unas características muy diferentes”.

Y es que el aforo oficial de las salas con programación de música en vivo es uno de los caballos de batalla de muchos de sus propietarios, que los consideran exageradamente reducidos para la capacidad real en metros cuadrados de los locales y cuya aplicación taxativa impediría la celebración de muchos conciertos al no poder cubrir gastos. Una situación que llega en medio de un panorama de inquietud para las salas que programan música en vivo, ya que sus responsables consideran que han de hacer frente a una serie de exigencias no aplicadas por igual en todos los locales de ocio, lo que de hecho ha provocado alguna reunión con las autoridades municipales en Castellón. Además, otros locales de La Plana –algunos con años de programación regular- se han encontrado en los últimos meses con el impedimento de realizar conciertos por la aplicación de la normativa autonómica, que, para algunas licencias, sólo permite programar de forma excepcional.