El pasado mes de enero Nomepierdoniuna adelantó el nacimiento del Club Sónico muy cerca de la zona centro de Castellón, en la calle Lagasca, en el local ocupado en la actualidad por Mystic y antaño por Botánico. La reacción popular ante tal anuncio fue cálida. Comentarios como “por fin una sala de conciertos en la ciudad”, cientos de Me gusta en Facebook, enlaces compartidos con un alcance viral muy superior al normal, con más de 11.000 visualizaciones de la noticia en la web a día de hoy… La expectación estaba creada, pero tras dos meses de funcionamiento y cinco conciertos realizados, con Xoel López, Dorian, Soledad Vélez, Pol 3.14 y Andrés Suárez en el horizonte, los organizadores dan la sorpresa al decidir poner fin a esta experiencia que permitía disfrutar de conciertos semanalmente en un espacio con aforo para 700 espectadores, capacidad que abría la posibilidad de traer a Castellón grupos con un caché importante, con un potencial de sonoridad de 20.000 vatios y 25 móviles de iluminación.
Si se aísla de cualquier otro escenario anterior, la decisión –tras cinco conciertos- parece apresurada, pero si se amplía un poco más el panorama, ya se vislumbra otra perspectiva. Porque, según explica Luis Óscar García, gerente de Metrònom y socio en esta aventura con la aún joven empresa promotora Club Sónico Producciones (del músico Javier Omar Ferrnández), “sumando los conciertos desde 2010 en la Màgic Box del Auditori, Zeppelin y Sónico, he programado más de 100 en Castellón en lo que llevamos de década y, al hacer recuento, sólo cuatro han resultado realmente rentables”. Pese a esta explicación, todavía es posible insistir en la idea de no haber prolongado el tiempo de análisis de un proyecto que se comenzó a desarrollar en febrero y que ni siquiera ha agotado marzo, obteniendo la siguiente respuesta por parte de Luis Óscar: “Al concierto de Montefuji, The Por Ella Runners y Nadia Sheikh vinieron, redondeando, 130 personas; al de Coldday y Plum, 80; al de Niño Burbuja y New Franklyn, 60; al de Tachenko y The Electric Ones, 40; y al de Tuya y Gahs, 30. Es decir, se dibuja una línea descendente en la asistencia que nos ha preocupado hasta el punto de tomar esta decisión de poner fin al Club Sónico”.
¿Y no es posible elevar los números con grupos con mayor nombre, como los que estaban previstos en estos próximos meses? “El problema es que no se puede programar un concierto grande cada semana. Hay que incluir otros más modestos para que sea sostenible un ciclo, y esa base necesaria no la hemos tenido, con el añadido de que hemos ido a menos conforme han pasado las semanas”, según explica.
En estos casos, al analizar las posibles causas, casi siempre aparece el tema publicitario en el listado. Luis Óscar lo rebate: “Por gastarme 400 euros en publicidad para una actuación no voy a atraer a las personas que nunca van a conciertos, ni a las que sólo van a los grandes nombres. Las salas se sustentan con una base que se interesa y siempre se entera de las programaciones. Se pueden colgar carteles en las calles, pero por experiencia sé que sólo se fijan realmente en ellos los que se interesan habitualmente en los conciertos”.
Su conclusión: “Castellón no puede tener grandes salas de conciertos con programación continua. Puede tener alguna con conciertos puntuales de aforo importante, como lo es Opal, pero no semanal”. Su sentencia personal: “Tras esta tercera experiencia negativa, me bajo del mundo de la programación en salas de Castellón”. Eso sí, Metrònom seguirá con otros proyectos relacionados con el espectáculo.
REACCIONES AL CIERRE DEL CLUB SÓNICO Y SU CONTEXTUALIZACIÓN
- Rubén Torner (guitarrista de Tirant Lo Rock): “¡Qué lástima! Podría haber sido un nuevo punto de referencia para la música en directo en Castellón”.
- Juan Calaverica (guitarrista de Calaverica Rumba Club): “Dos meses es muy poco para finalizar un proyecto, ¿no? Yo ni siquiera sabía que hubiera una sala de conciertos en la calle Lagasca”.
- Gonzalo (ex guitarrista de A Tear To Bloom y ahora liderando ferOz): “Muy poca publicidad se le ha hecho, en mi opinión. Me parece que el dinero invertido en la contratación de los grupos ha sido desmesurado en comparación al invertido en publicitarlos. Se sigue enfocando cada evento musical, de la muchísima oferta que hay para la poca demanda existente, para la gente que ya es aficionada a la música en directo. No hay ninguna intención de ampliar el círculo. Se debería comenzar con la engorrosa tarea de buscar alicientes para que a la gente que no está acostumbrada a ir a conciertos le pique el gusanillo porque se le está ofreciendo algo más. Un ejemplo que ya se está haciendo serían los ciclos de comida y conciertos”.
- Gavin Brenes (guitarrista de Montefuji): “El Club Sónico se publicitaba bastante... había carteles por la calle y salía en la prensa generalista local. No creo que ese sea el tema. Castellón es una ciudad pequeña con poca inquietud musical, donde hay más oferta que demanda e intentar emprender cualquier iniciativa de esta índole y que comercialmente funcione es una quimera”.
- David Marco (batería de Gahs): “He tenido la suerte de tocar allí. ¡Me trataron de lujo tanto organización como seguridad y camareros! Una lástima. Espero que los artistas y la gente que nos gusta la música en directo nos movamos y motivemos. A la hora de la verdad vamos cuatro gatos y después nos quejamos”.
- Olivia Pérez: “Una pena que no se complete el ciclo. La sala es espectacular, el escenario muy chulo y el sonido magnífico”.
- Paco Bou: “Los grupos ofertados no han llamado mucho la atención de la gente”.
- Alberto Lucendo (productor, técnico de sonido en Rockaway y guitarrista de Montefuji y Los Amantes): “En poco menos de un año varias propuestas que han apostado por la música en Castellón y trayendo artistas de renombre, nacionales e internacionales, con buen criterio a la hora de elegir bandas de diferentes estilos han tenido que echar el cierre. Todos nacieron gracias a gente que ha apostado por promover la música en esta ciudad y ha arriesgado dinero de su bolsillo con muy pocas expectativas de poder siquiera recuperarlo. Al final todo se acaba equilibrando y Castellón se queda en cuatro salas pequeñas de conciertos con programación semanal y una grande en la periferia. Siempre se puede hacer más en tareas de promoción, pero si cada uno no pone un poco de su parte para enterarse no sirve de nada. Además, hay gente que se entera pero pasa del tema y sólo se lamenta cuando se ha cerrado la ‘paraeta’, los que dentro de un tiempo dirán que en Castellón no hacen nada”.
- Rosana Ayza (fotógrafa): “Si es que al final siempre se implica la misma gente”.
- Sergio Altava (bajista de Tumba): “Echarle la culpa al público es no querer darse cuenta de que lo que se ofrece no es lo que interesa y, por supuesto, de que la publicidad no es la correcta. Tirar la toalla en cinco conciertos me parece bastante lamentable y veo pocas ganas de hacer nada ahí. Antes de abandonar, se puede probar a cambiar el estilo programado”.
- Conga Fede (creativo musical en Noesruido): “Es una pena lo del Club Sónico. Nadie duda de que Luis Óscar se lo curra. Si alguien en ese aspecto se ha mojado intentado hacer algo grande ha sido él (cosa que aplaudo y le agradezco enormemente) pero sí que veo que para la programación, la sala se quedaba grande. A día de hoy no funcionan las salas grandes… una con una capacidad de 150 personas como muchísimo, pero por un tema de costes simplemente. Aunque sea tópico la situación económica actual afecta. Ir a un concierto no es sólo el gasto de la entrada. También cuentan las consumiciones. Los garitos que perciben un porcentaje de la entrada solo con eso no sobrevivirían. Quieren conciertos con gente... pero con gente que consuma. Creo que Castellón tiene cultura musical y en muchas ciudades envidian lo que se mueve aquí, pero también veo que no hay un cambio generacional que mantenga esa cultura. La solución no la tengo pero creo quien programan hacen una labor increíble. Cada garito tiene su propia parroquia y sabe cómo cuidarla. Además es raro, y creo que sería contraproducente, que programasen grupos que no van con la filosofía del local”.
- José Miguel Sanchiz (bajista de The Bitters): “Al público que entra en blogs ya lo tienes ganado. Deberíamos pretender llegar a ese público que no lee los carteles, y tener en cuenta desde un principio que el error no es de ellos por no leerlos. Estamos sobresaturados de publicidad e información, y al público general no le interesa ir a un concierto de grupos locales o que no conoce. Seamos realistas, no hay cultura musical. Hay muy pocas emisoras de radio que no sean de radiofórmula o electrónica, que las hay a patadas… Luego no nos sorprendamos de que a la gente le pueda interesar más ir a ver a un DJ que a un grupo en directo. Se debe acostumbrar a la gente a que sepa que tiene conciertos a su disposición, hacerlos atractivos de alguna manera, no sé cómo, y darle tiempo a que la iniciativa cuaje. También entiendo que nadie va invertir dinero y tiempo en llevar a cabo una iniciativa que, a lo mejor, en dos o tres años sólo hace que generar gastos. En fin, que es mucho más complicado de lo que parece, porque encima grupos como el nuestro, que tiene un público de franja alta de edad, se encuentra con el problema de que no pueden entrar los niños con sus padres en los pubs, algo que con la Ley antitabaco no me parece comprensible, de manera que perdemos más de la mitad de público que sí nos ve en las calles”.
- El Gat Penat (sala de conciertos): “Seguramente no sea problema de promos ni publicidad, es de los tiempos que corren. En Castellón hay muchísima oferta durante todo el año, somos envidia de capitales mucho más grandes y no muy lejanas, y aun así parece que la realidad, la que os contamos desde los locales, no sirve. Veis gente en las salas y creéis que todo es jauja y que los locales se forran, y no es así. Se han buscado y se siguen buscando fórmulas, pero tiene que ver con la escena y la cultura del directo, y eso se ha perdido. Una buena prueba de cómo está la música en directo es el auge y triunfo de las bandas tributo. La gente no quiere oír bandas nuevas y no es problema de promos ni de hacer atractivos los eventos, porque más atractivo que ser gratis… y ni aun así”.
- Sam Ferrer (guitarrista de El Ultimo Ke Zierre y productor en WZ Estudios): “Hay saturación de actos para la demanda existente. Abrir ciclos e invertir tiempo, esfuerzo y dinero en traer bandas a piñón no es sinónimo de éxito, más bien al contrario. Sin un estudio previo ni tomar referencias de otras ciudades, probablemente palmarás. Pero sobre todo el problema es que la sociedad castellonense no se desplaza, ni en su propia ciudad, a ver un concierto. Para lo grande que es la ciudad, tenemos una burrada de músicos, de grupos, de lugares donde tocar, pero no un público para ir a todo lo que se programa todas las semanas, y encima súmale la situación económica del personal”.
- Indies de Pacotilla (pinchadiscos): “Quizás se han creado falsas expectativas por el éxito e incremento de público en festivales. Pero el nuevo público que se incorpora y que peta los festivales no va a conciertos en salas pequeñas. En el 90% de los casos no va a los festivales por los grupos, sino porque es moda. Esa gente quiere una sucesión de hits e ir sobre seguro. Y eso no casa con ciclos de conciertos”.
- Cristian Pardo (guitarrista y cantante de Black Shuck y presidente de la Associació de Grups Locals de Vila-real): “Desde nuestra asociación estamos fomentando el coleguismo entre los grupos, de manera que cuando uno de ellos actúe, el resto vayan a verle o a colaborar”.
- Pablo Alfieri: “En los conciertos siempre se ven las mismas caras. Se tendría que cambiar la manera de hacer conciertos, porque aunque sean gratis la gente no va a ir. Tal vez sea porque suelen repetirse las bandas de un año a otro o que la gente se ha vuelto cómoda y sólo va los grandes festivales o a algunas bandas puntuales que ya tienen mucho nombre”.
- José Luis Cuevas (director de la promotora Born! Music): “No hay una cultura de base alrededor de la música. Eso está pasando en todo el país. No ayuda desde luego todo el tema de impuestos y la crisis. Pero lo nuestro es un problema cultural, no hay conciencia de la música como algo de valor. La música sigue siendo considerada algo de titiriteros (entendidos estos como hace unos cuantos, muchos, años) y así poco se puede hacer. Hay ciertas escenas que funcionan por su capacidad para atraer militancia, pero... poco más. En general, en Castellón los músicos no suelen ir a conciertos; si todos los músicos que van a escuelas, academias o tienen local de ensayo fueran, posiblemente se arreglaría algo la cosa. Pero insisto, es algo cultural”.
- Luis Aznar: “El problema principal es que ir a un concierto no es una tradición o un hecho habitual hoy en día o que se plantee como opción de ocio un sábado/domingo. Hoy en día, por no ir, no se va ni a los pubs, y sólo se va a la disco a partir de las tres. En cuanto a los festivales, mirad la gente que va al Arenal… está más lleno el paseo que el recinto. Los que vamos de tanto en tanto a los conciertos somos ya mayorcitos porque aún tenemos esa tendencia, pero a los que hay que atraer son a los más jóvenes. ¿Cómo? Pues eso ya... Desde luego, quitando la asignatura de música en los colegios y subiendo el IVA al 21% no se consigue”.
- Alejandro Pérez: “En los conciertos internacionales de rock o nacionales de nivel siempre somos los mismos se anuncie como se anuncie, y ahí Facebook es quizás el arma más eficaz, ya que aparece en tu pantalla y lo ves por cojones. Por otra parte, ya sabemos que no hay cultura de directos pero de sobra hay 100 personas que les guste un estilo y que 50 o 60 puedan ir que no es pedir tanto”.
- Djsetspace Burriana: “Voy poquísimas veces a conciertos porque no tengo la suerte de conocer a la mayoría de los grupos que ofertan, pese a consumir toneladas de música de la mayoría de los géneros todos los días, y porque no tengo suficiente capital para invertir en pruebas a ver si 'X' grupo me gusta al precio que se cobran las entradas. Como joven que me considero (20 años), hay mucha gente interesada en música seria a mi edad, pero hay que encontrar una forma de mostrarse mejor al público, de tener la garantía de que lo que voy a ver me va a gustar. Yo no encuentro innovación real ni en la forma de promocionarse, ni en el contenido musical y ello es lo que me lleva a no mostrar más interés por a alguna sala que leer por encima las agendas y no ver un nombre que conozca. Soy público festivalero (FIB, Arenal...) de los que van a los conciertos y no hacen botellón porque la entrada me renta relación calidad/cantidad”.
- David Segarra (editor de la revista en papel y digigtal Mone Monkey): “En Castellón no sólo hay música, hay cine, literatura, exposiciones, fotografía… y tampoco suelo ver a la gente de conciertos en otros campos y eso me inquieta mucho. Hay una pésima relación de los públicos, cada uno está aislado y habla sólo de lo suyo. No podemos hablar de cultura en general si sólo percibimos una parte de ella. Falta inquietud y mejorar la relación en el público y sobre todo para dar ejemplo, falta esa inquietud en los que ya asisten”.
- Alberto Cañada (gestor sociocultural, organizador de Castellón en Vivo): “Cada vez que me llega la noticia de que se pierde un proyecto musical me entristece. Hay muchos factores en juego y aunque suscribo que hay mucha oferta en una ciudad como Castellón, apuesto porque no se detengan las iniciativas. Lo siento por el Club Sónico, aunque sé que Luis Óscar no se parará aquí”.