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Dorian Wood en el Paranimf. Rojo emoción para celebrar a Chavela Vargas

Dorian Wood, emocionado por dar vida a las canciones de Chavela Vargas. Foto: Rocío Murillo.

Dorian Wood, con 'Xavela Lux Aeterna'. Grupo: Xavi Muñoz (teclas), Marcos Junquera (batería), Laura Agustí, Blanca Garbí, Paula Dopico y Adrián González (cuerdas), más Alberto Montero (arreglos, guitarra y voz). Paranimf de la UJI. Viernes 5 de abril de 2019. Duración: 20:05-21:20. Espectadores: 237. Entradas: 8/10 euros.

Dorian Wood siempre sorprende... aunque sea por mostrarse comedido, dejando que sean solo su poderosa voz y su imponente planta las que transmitan al público. Así lo hizo en el Paranimf de la UJI con motivo de Xavela Lux Aeterna, un sentido homenaje del cantante angelino a Chavela Vargas, su faro vital por coincidencias compartidas: haber nacido un 17 de abril, sangre costarricense, queer, sentirse señalado por no entrar en la atmósfera social dominante en cuanto a la sexualidad, "cuando el único delito es simplemente existir"... Por ese motivo, no resulta extraño que este concierto pensado para festejar el centenario del nacimiento de La Dama del Poncho Rojo -no parece casual la vestimenta de Doran- arranque con "Macorina", una rompedora canción erótica entre mujeres que Chavela dedicaba a María Calvo, una prostituta de lujo que deslumbraba por su belleza en la Cuba de la primera mitad del pasado siglo (y la primera mujer con carné de conducir en La Habana).

Cuerdas, batería y teclados acompañan la voz del cantante de Los Ángeles con sangre costarricense. Foto: Rocío Murillo.

Su cuerpo inerte del primero de los temas pasa a balancearse al creciente ritmo de las elegantes cuerdas que dibujan "La llorona", una de las canciones heredadas de la Revolución Mexicana, país al que por siempre se unirá la figura de La Chamana. Las amarguras se suceden a través de las letras de "Se me olvidó otra vez", la confesional "No soy de aquí ni soy de allá" y esa "Paloma negra" que es uno de los temas más emblemáticos en la voz de Chavela.

Dorian, pese a esa erguida pose que parece controlar la situación, transmite su emoción interna declarando que "para mí es un orgullo representar a Chavela en cualquier lugar", y más si es en Castellón, "posiblemente la ciudad española en la que más veces he estado; mi segundo hogar". Y en este punto señala una figura fundamental para llevar adelante este proyecto: el valenciano Alberto Montero, "para mí, el más grande artista de España. Su disco La catedral sumergida me fascinó. Le propuse que hiciese los arreglos y, para mi fortuna, me dijo que sí". Precisamente Alberto le acompaña con voz y guitarra acústica en dos de los temas más conocidos que suenan en el Paranimf: "Gracias a la vida" y "Volver", tema que pone el punto final a un concierto de contenida. pero latente, emoción que levanta de sus asientos a la mitad de los asistentes.

El castellonense Xavi Muñoz (teclas) y el valenciano Marcos Junquera acompañan a Dorian en este proyecto. Foto: Rocío Murillo.

"Vámonos donde nadie nos juzgue" es otra de esas declaraciones de actitud vital antes de un cambio total de atmósfera con "Me lleva el diablo", donde el fondo se tiñe de rojo para dar paso a un tema intenso en el que los teclados del castellonense Xavi Muñoz y la batería de Marcos Junquera cobran los momentos de mayor protagonista dentro de una especie de exorcismo cuyos movimientos llevan por primera -y única- vez a Dorian a pisar la platea entre un público que al instante reconocerá "Piensa en mí", todo un hit en la carrera de Luz Casal.

Una gran voz como la de Dorian Wood y unas canciones eternas como las de Chavela Vargas son una combinación infalible, y más cuando las baña la emoción.