DeBigote inaugura con éxito el Arenal Sound tras sufrir un serial de contratiempos

La cara mala de la suerte envió ayer a Murphy –el de la famosa ley- para poner a prueba a deBigote. Ya lo dijo el tal Edward A. Murphy Jr.: “Si algo te puede salir mal…te saldrá mal”. Que en el caso de ayer de deBigote se transformó en “si algo te puede salir mal y lo superas, espera que te envío otro embrollo y a ver cómo te las apañas”. Porque el grupo castellonense no sufrió un accidente con vehículos… sino dos (!!!) en las horas previas a su debut en el Arenal Sound. En algún momento llegó a surgir el temor de que el concierto inaugural se quedase en un sueño, aunque a la hora de la verdad tal vez esos nervios y la consiguiente subida de adrenalina ayudaron a que el sexteto protagonizase una destacable actuación inaugural, apreciándose una buena soltura sobre un escenario tan grande como es el Inside, el ubicado en la arena de la playa burrianense.

El primer susto de la tarde llegó todavía dentro de la ciudad de Castellón, cuando el grupo acababa de emprender rumbo a Burriana. Uno de los vehículos que ocupaban sufrió una colisión en un cruce de calles. Grúa, papeleo… Consecuencia: su llegada a la zona de acreditaciones del Arenal se produjo más tarde de lo previsto. Una vez dentro del recinto, el segundo infortunio: dos de los dedos de la mano derecha del teclista Alberto Rico se quedaron atrapados en el cierre de una de las puertas de la furgoneta. Dolor intensísimo y atención médica inmediata. Tras unos momentos de nervios, Alberto da el OK y está con el grupo sobre el escenario. El problema añadido: deBigote se subirá al Inside sin haber probado sonido. Pero el haber traído técnico propio, Kike Barberá, les ayuda a subsanar el contratiempo.

Sobre el escenario, como es lógico dado la falta de prueba, pasan unos minutos antes de ajustarse el sonido; en la parte derecha los músicos no se escuchan del modo más adecuado y la voz de Víctor Ballester suena bastante alta en la primera, “Fuera”, un tema inédito, rapeado. DeBigote está cumpliendo con una tarea ilusionante e ingrata a la vez: abrir el festival y, por el contrario, actuar a una hora (18:00), en la que la mayoría de los asistentes están en la playa o aún no han llegado al recinto. Aun así, el hecho de jugar en casa, con un buen número de alumnos del bajista y profe Sergio Navarro del colegio Salesianos, ya proporciona un activo sector de público, al que se van añadiendo seguidores del grupo y algunos de quienes circulan desde la playa hasta la zona del camping, que hacen parada para escuchar. En total, alrededor de 500 personas frente al escenario y un buen número de comentarios aprobatorios.

“Adiós”, “Insular”, “Comprarte un continente", "Modular", "Todo lo que deseas", “Dona diva” y el final “No os lo perdáis”. 36 minutos de buen directo, sobre el la base del disco Estuario, con el grupo muy suelto encima de las tablas y con un sonido que permite apreciar el detalle de cada instrumento con claridad. Su pop elegante, suave, bailable, piloso… gusta a iniciados y nuevos. Les sobran cuatro minutos. En el ensayo pensaban que irían más ajustados a los 40 permitidos, pero prefieren no pasarse. Justo antes de bajarse del escenario, Víctor Ballester aprovecha para gritar por el micro: “¡Viva Palestina. Israel, basta, basta!”.

Ya sobre la arena que rodea el Inside y en el Red Bull Tour Bus, Víctor, Raúl Iserte, Andrés Amores, Sergio, Alberto y Juan Buonamisis pasan a la otra faceta: la de espectadores del festival, sin dejar de preguntar a conocidos sobre sus impresiones de la actuación que acaban de ofrecer y posibles fallos cometidos. "Estamos contentos. Creemos que todo ha salido bien... y más contentos después de todo lo que hemos pasado hoy", resaltan.