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Concierto de despedida de Castelló. Diez temas que hicieron volar muy alto a Barón Rojo

Viernes 31 de enero de 2020. Barón Rojo, en su gira de despedida + Dry River, en la sala Opal del Grau de Castelló (23:00). Entradas: 22 euros (anticipada), 28 (taquilla) y 40 (VIP).

Cuando en 2012 fue publicado Tommy Barón, el último disco grabado por Barón Rojo, se pudo leer en una entrevista que el motivo de este álbum basado en la mítica ópera rock de The Who había sido obtener algo más de repercusión que una grabación con nuevos temas propios, que no hubiese ido más allá de "un breve en los medios de comunicación". Una declaración que en el fondo provoca tristeza al provenir de la que fue y todavía es -pese a su prolongado descenso- banda número 1 del heavy metal español, la que a nivel de popularidad rompió fronteras estilíticas en pleno acaparamiento mediático por parte de La Movida y que en su momento de gloria se codeó con insignes planetarios como Bruce Dickinson (cantante de Iron Maiden), o el guitar hero Michael Schenker, además de actuar en el Marquee de Londres o compartir cartel con Gary Moore, Twisted Sister o Marillion en el referencial -en 1982- festival de Reading. Sin embargo, no es una declaración extraña dentro del contexto de Barón Rojo. Entra en lo previsible de un grupo que en 40 años nunca ha parado de rodar, pero sobre la base de las canciones de los años 1981-1985, cuando encadenaron Lps clásicos como Larga vida al rock and roll (81), Volumen brutal (82), Metalmorfosis (83), el directo Barón al rojo vivo (84)  y En un lugar de la marcha (85). El siguiente, con título premonitorio y a pesar de sus virtudes, se quedó en Tierra de nadie (1987). En ese año, el grunge y corrientes más alternativas ya empezaban a sepultar el heavy metal clásico.

Los hermanos Armando y Carlos de Castro -con pasado de éxito y a la vez turbulento en Coz, los de "Las chicas son guerreras"- siempre han mantenido vivo al Barón Rojo, pero una simple ojeada a su discografía arroja un dato demoledor: en los 20 años transcurridos de este siglo XXI solo han editado dos discos con temas propios: 20+ (2001) y Ultimasmentes (2006). Junto a ellos, dos álbumes con versiones, tres en vivo y un recopilatorio. Y repasando sus repertorios, queda claro que sus fans -y así lo asimila el grupo- quieren escuchar una y otra vez las canciones de la etapa en que los guitarristas De Castro compartían local de ensayo y escenarios -que no amistad- con la otra facción: el bajista José Luis Campuzano Sherpa (más su pareja, la letrista Carolina Cortés) y el batería Hermes Calabria.

La formación clásica de Barón Rojo (desde la izquierda): Carlos de Castro, José Luis Campuzano 'Sherpa', Armando de Castro y Hermes Calabria.

La reunión de la formación original de Barón Rojo, en 2009 (veinte años después de su separación), tuvo un valor únicamente sentimental -para los fans- y económico -para los músicos-, ya que no se tradujo en ningún nuevo trabajo y lejos de limar asperezas no hizo más que incrementar la hostilidad entre ambos bandos, comprobable en cualquier entrevista, donde las escasas referencias positivas quedan sepultadas por aluviones de reproches y dardos envenenados. Para redondear tanto despropósito, hoy en día andan girando los hermanos De Castro (al lado del bajista José Luis Morán y el batería Rafa Díaz) con el nombre de Barón Rojo, a la vez que Sherpa y Hermes como Los Barones, compartiendo la mayor parte de sus respectivos repertorios.

Pero hubo un tiempo en que el Barón Rojo voló muy alto gracias a canciones como las diez incluidas en este listado, todas ellas de sus discos clásicos. Hay más, incluso en los álbumes posteriores, estas últimas han quedado a muchos kilómetros de la repercusión de las aquí repasadas. A buen seguro que el viernes 31 de enero serán gritadas a todo pulmón en la sala Opal del Grau de Castelló. Será la última vez que suenen en La Plana, ya que coincidiendo con sus 40 años, el grupo protagoniza su gira de despedida, que concluirá el 30 de diciembre en Madrid, tras pasar por países como Uruguay, Argentina, Chile, Colombia, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Estados Unidos y Bélgica.

La formación actual de Barón Rojo (desde la izquierda): Rafa Díaz, Armando de Castro, Carlos de Castro y José Luis Morán.

>“Los rockeros van al infierno” (Primer single del Lp Volumen brutal, 1982). Compuesta por José Luis Campuzano Sherpa y Carolina Cortés.
“Se oye comentar a las gentes del lugar. Los rockeros no son buenos”. Un retrato de los rockeros vistos por la parte más tradicional de la sociedad, “los que se dicen buenos”, la que mira con mala cara un pelo de más, y en el caso de los heavies son muchos pelos. “Nunca tendrás reputación. ¿Qué más da?”. A los barones les importa poco. Queda claro con la respuesta "Mi rollo es el rock", expresión que se unió de inmediato al refranero del rockerío. “Vas sin afeitar (…) y además con tías buenas” era seña de identidad a perseguir por todo practicante de la filosofía del rock allá por los 80. Uno de los himnos de Barón Rojo que todos -heavies o no- han escuchado alguna vez y reconocen al instante, tanto por la letra como por esa entrada ampulosa de guitarra abortada por un gong, ese riff y esas twin guitars, sin olvidar el slide de Armando de Castro. Para Enrique Bunbury, la mejor canción española de rock. Para los hermanos De Castro -según la versión de Sherpa- "una horterada". Al parecer, no se tomaron demasiado bien que el productor, Vicente Mariskal Romero (y fundador de Chapa Discos), la escogiese como primer single de un disco totémico del heavy y del rock español.

>“Resistiré” (Segundo single del Lp Volumen brutal, 1982). Compuesta por José Luis Campuzano Sherpa, Armando de Castro, Carlos de Castro y Carolina Cortés.
Entró a última hora en el disco, por una petición de la discográfica -Chapa- de añadir un tema más. Estaba por rematar y Carolina Cortés se puso manos a la obra y en pocos minutos escribió otra de las letras clave de Barón Rojo. La temática del grupo acostumbra a dividirse en dos: la exaltación del rock y sus protagonistas ("Los rockeros van al infierno") y la crítica antisistema, fijando su foco en las élites del poder, como "Resistiré". Otro de los himnos del rock español. Por letra y ritmo, puede considerarse un tema heavy de manual. De hecho, si se aísla el título, bien pudiera ser el grito de rabia de cualquier músico en este país. Solo por coincidir en el mismo disco, ya explica gran parte de la importancia que tuvo y tiene Volumen brutal, con más de 100.000 unidades vendidas (desde la inicial "Incomunicación" de los hermanos De Castro hasta el instrumental final "El Barón vuela sobre Inglaterra", todos son clásicos). De cara a su impacto internacional, el disco tuvo una versión cantada en inglés, con "Stand up/Resistiré" como single, y con todo un Bruce Dickinson echando un vistazo a las letras traducidas por Carolina.

>"Barón Rojo" (Cierra el disco Larga vida al rock and roll, de 1981; y abre el directo Al rojo vivo, de 1984). Compuesta por José Luis Campuzano Sherpa y Carolina Cortés.
El grupo toma el apodo del aviador alemán Manfred Albrecht Freiherr von Richthofen, o sea el Barón Rojo, un mito de la Primera Guerra Mundial. Y también le dedica otro de sus temas clave, como queda claro al ser utilizado como apertura de su mítico disco doble en directo Barón al rojo vivo, que se quería grabar en el Budokan japonés, templo del metal de la época. En la portada se incluye el avión del Barón Rojo en un juego de marcianitos muy popular a inicios de los 80. Con este disco de debut ya quedó claro que lo del Barón apuntaba alto, contando incluso con un tema compuesto por Luis Eduardo Aute ("Anda suelto Satanás"). Desde la perspectiva del tiempo, la estrofa "Mítico Barón, dónde quedó el vuelo fugaz de tu gran avión" podría ser aplicable a la propia banda. ¿Dónde quedó aquel grupo que fue número uno?

>“Cuerdas de acero” (Segundo single de En un lugar de la marcha, 1985). Compuesta por Armando de Castro.
El gran clásico de los temas compuestos por la facción De Castro, lo que equivalía a ser cantada por Carlos. Se trata de una canción de amor -que no balada- dedicada a la guitarra eléctrica, el instrumento por excelencia del rock. "Yo nunca podría vivir sin tus cuerdas de acero tocar" le dice a este "alma de hierro con forma de mujer". Para rematar con un deseo: "Ojalá el tiempo no logre romper todos los lazos que te unen al rock". Es una de las pocas canciones de los hermanos que Sherpa considera buena (también "Larga vida al rock and roll", "Con botas sucias", "Caso perdido" y para de contar)... aunque la letra no le convence. Después de En un lugar de la marcha comenzó el declive del grupo en cuanto a popularidad. El siguiente lanzamiento, Tierra de nadie (1987) ya tuvo mucha menos repercusión, coincidiendo en el tiempo con el inicio de la crisis del heavy clásico en favor de estilos más alternativos.

>“Concierto para ellos”  (Volumen brutal, 1982; y segundo single de Barón al rojo vivo, 1984). Compuesta por José Luis Campuzano Sherpa, Carolina Cortés y Armando de Castro.
"Ellos" son “Janis, Lennon, Allman, Hendrix, Bolan, Bonham, Brian y Moon”. Sin olvidar que “en cada concierto de rock 'n' roll las campanas doblan por Bon Scott”. O sea, figuras del rock que habían fallecido antes de 1982. Hoy en día, por una cuestión del paso del tiempo,  el listado sería mucho mayor. El homenaje de Barón Rojo al hard rock y al heavy metal, y también a las emisoras donde se podían escuchar duros riffs. AC/DC, Whitesnake y Rainbow también son mentados: “Siempre rock”. Los teclados que se escuchan son obra de Colin Towns, miembro de la banda de Ian Gillan (cantante de Deep Purple, en cuyo estudio londinense, Kingsway, fue grabado Volumen brutal).

>“Hijos de Caín” (Tercer single de En un lugar de la marcha, 1985). Compuesta por José Luis Campuzano Sherpa.
La Biblia ha sido recurrente fuente de inspiración para los heavies. Y como buenos rockeros, si hay que tomar parte entre Abel y Caín, la elección está clara.  “Abel, mezquino y cobarde, el siervo de su señor. Caín, que no entró en el juego, y que se rebeló”. Una de las dos baladas por excelencia de Barón Rojo, con Sherpa cantando inicialmente con dulzura, como si de una especie de oración se tratase, con las guitarras de Armando y Carlos realzando la emotividad. La moraleja final es que “quizá los hombres seamos a un tiempo Abel y Caín. Quizá un día destruya lo oscuro que hay en mí. El destino no está marcado al nacer. Yo he elegido ser lo que siempre seré”.

>“Siempre estás allí” (Metalmorfosis, 1983). Compuesta por José Luis Campuzano Sherpa, Carolina Cortés y Armando de Castro.
La otra gran balada del Barón, con una emocionante melodía de twin guitar inicial. Una canción de amor… hacia quien asiste a un concierto. ¿Qué harás después, cuando llegue el final y cese el clamor en un pabellón de fría luz? “Todo está bien si tú estás aquí”, en referencia a ese fan que duerme en una habitación decorada con los posters de sus héroes y que hace posible que la magia de la música no se rompa. Incluye una referencia a la “escalera al cielo” de Led Zeppelin. Una ligera variación en el título -Siempre estáis allí (1986)- sirvió para nombrar el directo que extendía el Barón al rojo vivo. Curiosamente, no fue escogida como single, cuando ha tenido más importancia que "Casi me mato", "Invulnerable" (canción que solo se podía encontrar en casete y sencillo, y no en vinilo, por cuestiones de minutaje) y "El malo". Una balada muy en la línea de que las convertían a Scorpions en fenómeno de masas. Cómo no, también hubo polémica entre las dos facciones del grupo, ya que según la versión de Sherpa, los hermanos no querían grabarla.

>“Con botas sucias” (Primer single de Larga vida al rock and roll, 1981). Compuesta por Armando de Castro.
“Tienes once años y pareces una vieja. Sigues prisionera de tus gustos ancestrales”. ¿Una canción dedicada a una niña con mentalidad octogenaria? No. Si se toman las iniciales de “Con botas sucias” aparece CBS. O sea, la compañía discográfica de la que los hermanos De Castro no guardan precisamente un buen recuerdo después de su etapa con Coz. “Vendes lo que sea siempre y cuando de dinero”. Y como un hasta nunca le dedican: “Yo tu prisionero he dejado de ser”. Una de las partes más destacadas del temas es el talk box de Armando, por encima del ritmo de bajo de Sherpa. Armando de Castro le quiso dejar claro a la CBS lo que -al menos él y su hermano- pensaban del sello discográfico. No es casual que abriese el disco y fuese escogido como primer single en la historia de Barón Rojo. Por cierto, el disco está dedicado a John Lennon, influencia reconocida por un beatliano como Sherpa.

>“Breakthoven” (Primer single de En un lugar de la marcha, 1985). Compuesta por José Luis Campuzano Sherpa y Carolina Cortés.
El heavy siempre ha tenido unos vínculos con la música clásica que quizás sorprendan desde fuera, pero no para quien conoce el mundillo metálico. Y si Accept tenía su "Metal heart", ese mismo año Barón Rojo publicó "Breathoven". Con un inicio tomado de la Quinta Sinfonía de Beethoven, la letra era una defensa del rock como valor cultural, en contra de lo que opinan sectores más clásicos: "Navega por ahí un tipo original que dice ser genial. Y quiere profanar con música de rock el templo del Real. Tiene talento creador pero le tachan de vulgar porque defiende que en el rock hay un mensaje cultural". Como remate, una consigna: "Hay que romper falsos mitos". La fusión del heavy con la clásica tuvo su mayor exponente en el directo En clave de rock (2008), realizado junto a la orquesta sinfónica CIM de Mislata, Como curiosidad, uno de los responsables del sonido de este disco con orquesta fue el vila-realense Vicente Ros.

>“Son como hormigas” (Volumen brutal, 1981). Compuesta por José Luis Campuzano Sherpa, Carolina Cortés y Armando de Castro.
Otra crítica hacia el poder. "¿Cuándo los gobernantes funcionarán de un modo racional?". Y al ciudadano le toca pagar, pagar y pagar. Incluye uno de los solos de saxo más famosos del rock español, obra de todo un ilustre como Mel Collins (King Crimson, Camel, Alan Parsons Project y autor de la parte de saxo más célebre de la música moderna: "Baker street", de Gerry Raferty)

***La anécdota: En la historia de Barón Rojo aparece un nombre castellonense, el de Tony Ferrer, bajista de la Vall d'Uixó que estuvo en el grupo entre 2007 y 2008 (etapa 'Ultimasmentes'). Fue despedido por los hermanos De Castro al considerar que no se adaptaba a su dinámica de trabajo.