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CS pone una pica en el FIB

El FIB resucita como espacio de conciertos el cine de verano Bohío con el estreno del escenario VillaCamp al pie de su pantalla. Las bandas castellonenses Conecta4, Skizophonic, The Last Band y Lula inician el preámbulo del menú musical de esta edición demostrando su calidad pero con escaso público, debido al despiste generalizado por la novedad y a algunos desajustes en la organización. Y el martes, sobreponiéndose a la lluvia y la amenaza de cancelación.
  
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Lula se sobrepuso a la tormenta el martes. FOTOS: PACO POYATO.

Castellón puso una pica en el FIB. Los grupos locales defendieron sus propuestas con una enorme solvencia en el estreno del escenario VillaCamp. Menos público del esperado, pero conciertos sólidos y divertidos. Los primeros acordes del FIB 2011 llevaban denominación de origen de la tierra. Conecta4, Skizophonic, The Last Band y Lula (por este orden) se estrenaron en el festival de festivales con una sensación agridulce: buena música; poca gente.

El nuevo escenario VillaCamp está acondicionado en el antiguo cine de verano Bohío, justo bajo la pantalla de proyección, junto a la zona de acampada VIP del FIB y la discoteca K'sim. Una buena idea de la que los programadores locales deberían de tomar nota para el resto del año. Además, el VillaCamp incluye durante los tres primeros días de festival (de lunes a miércoles) conciertos de bandas emergentes, incluyendo a su vez obras de teatro (el lunes echamos unas risas con el FIB perfecto de In cervisia Veritas). Genial.

Sólo hubo un pequeño problema: para acceder había que llevar puesta la pulsera y las taquillas abrían apenas unas horas antes del inicio del primer concierto. Además, alguien que, por ejemplo, haya comprado una entrada de día para el domingo, raramente va a acudir el lunes a por la pulsera. Tal vez lo mejor sería facilitar un acceso libre, como en otras actividades extramusicales del FIB.

Conecta4 ofreció el lunes el primer concierto del FIB 2011.

Pero volvamos a la música: el escenario tiene mucho encanto, e incluso un componente sentimental para algunos, y el sonido no era malo. La predisposición de los músicos era absoluta. Y también la del público, minoritario pero entregado.

Abrió la veda Conecta4. Los castellonenses, que han mamado el FIB como espectadores desde sus inicios, tenían el privilegio de ser la primera banda en actuar en la presente edición. Presentaron Silencios, su último trabajo de estudio que les llevó (cabe recordar) a ser semifinalistas del Proyecto Demo 2011. Se sintieron cómodos, empatizaron con el público y, con el sol aún como testigo, fueron caldeando el ambiente. Eran las 19.45 horas del lunes. “Para qué ponernos tristes”, “Ladrillo”, “Rollito de primavera”... sonaron potentes, como en el disco, con tres guitarras a todo tren a las que supo sobreponerse la voz de David. Buen inicio.

Skizophonic, divertidos como pocos.

Tomaron el relevo los locales Skizophonic, finalistas del Proyecto Demo el pasado año. Descarados, divertidos, buenos músicos y con buenos temas. La estética cuenta y, en este caso, suma, trajes y corbatas mediante. Poco más se puede pedir. Su frontman, Nacho Galí, atrae las miradas y genera complicidad. Fueron ganándose al público tema a tema, ya con la complicidad de la noche y de temazos como “I wait” (una auténtica joyita para quien suscribe) o “Annie”, ambos en su último trabajo de estudio, Gossip. Este escenario también se les quedó pequeño: merecen ir al FIB grande.

Para acabar la sesión del lunes, The Last Band, trío de la Vall d'Uixó que con un solo trabajo (Songs From a Room, de 2009) se colaron este año en las semifinales del Proyecto Demo. Es un proyecto mínimo, pero que sabe explotar al máximo las cualidades de cada uno de sus componentes. Mateu, con una gran voz que durante años estuvo escondido detrás de una batería, canta y toca el bajo; ambos igual de bien. Joan, a la batería, completa la base rítmica con intensidades precisas en función del momento. Y funciona. Por último, Torrico se encarga de dibujar con la guitarra los fraseos sobre los que se sustentan las melodías. Repaso a los temas del trabajo ya mencionado y presentación de temas nuevo que esperemos graben en breve para poder saborearlos mejor.

Mateu, al frente de The Last Band.

Hasta ahí, la primera entrega de la representación castellonense del lunes. El martes llegó el turno de Lula, quienes tuvieron que sobreponerse a la tormenta y la amenaza de cancelación durante toda la tarde-noche. Finalmente, el trío castellonense liderado por Patrizia Escoín ofreció uno de sus habituales conciertos repletos de solvencia y canciones con pegada. Aunque con mucho retraso sobre el horario previsto y con el público bastante mermado por todas esas circunstancias. Antes también desfilaron por el VillaCamp algunas de las nuevas propuestas más interesantes a nivel nacional: la chilena afincada en Valencia Soledad Vélez, los madrileños Luis Brea y el hombre orquesta Hyperpotamus.

Los madrileños Buena Esperanza cerraron la noche con una actuación sólida y potente, de menos a más, dibujando sus turbios paisajes con diversidad de matices a pesar de ser un trío. Una propuesta que terminó cuajando y que arrancó desinhibidos bailes de una parte del público.

Público del escenario VillaCamp, el pasado lunes.


  1. A nosotros nos pasó lo que cuentas de las entradas y las pulseras. Si tienes entrada de domingo no te la vas a poner el lunes, lógico. Y las pulseras a empadronados en Benicasim no están disponibles hasta el mismo jueves. Una lástima...


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