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Ahmed Ag Kaedy. Música exiliada en pleno 2019

Los extremistas islamistas tomaron el poder en Kidal (Mali) en 2012 y prohibieron todas las canciones no religiosas. La casa de Ag Kaedy fue destruida, sus instrumentos quemados y fue expulsado de Kidal. Le dijeron que si alguna vez regresaba a la ciudad donde nació, le cortarían los dedos. Exiliado en Portland, el músico tuareg presenta nuevo disco y actúa el lunes 4 de noviembre en el Centre Municipal de Cultura de Castelló dentro del ciclo Sons.
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Después del descollante concierto de Xuxa el pasado 28 de octubre en el Teatrel del Raval, el ciclo Sons no da tregua y programa el próximo lunes, 4 de noviembre a las 20:00, la actuación del músico exiliado de Mali residente en Portland Ahmed Ag Kaedy. En esta ocasión el concierto tendrá lugar en la Capilla del Centre Municipal de Cultura de Castelló, en una de las últimas oportunidades de disfrutar de música en directo en este singular rincón de la calle Antonio Maura, puesto que va a ser reconvertido en un “Centro de Envejecimiento Activo y Saludable”. La entrada, como siempre, será voluntaria.

Música mántrica que clama por la libertad ante el desgarro personal y social del exilio causado por la intolerancia religiosa, presentando su disco Akaline Kidal para el sello Sahel Sounds. La carrera del músico tuareg Ahmed Ag Kaedy puede rastrearse en la de pesos pesados de la música maliense como Fatoumata Diawara o Samba Touré y, hasta hace unos años, al frente de los exquisitos Amanar de Kidal. La toma de poder de extremistas islámicos en 2012 en Kidal, su ciudad de origen, supuso la prohibición de la música no religiosa, el parón indefinido de unos Amanar de Kidal condenados a la diáspora y el exilio forzado de Kaedy. Desde entonces ha emprendido una carrera en solitario en la que la música de celebración de su banda ha mutado en un blues desértico que supura dolor, nostalgia y verdad.

En los últimos años, la música de protesta impulsada por la guitarra de los tuareg del norte de África ha ganado admiradores en todo el mundo por su rock desértico totalmente hipnótico. Mientras que los dioses de la guitarra tuareg, Tinariwen y Omara "Bombino" Moctar, interpretan una versión amplificada, rock-and-roll y blues, el cantante y guitarrista Ag Kaedy, inquietantemente conmovedor, se remonta a las raíces acústicas y folklóricas del género.

En la década de 1990, Ag Kaedy iría a Libia para entrenamiento militar como muchos habían hecho antes que él. Pero al igual que Tinariwen, recibió una educación en el poder de la música. "Era un niño en el ejército, y estaba en la fase final. Vi la guitarra y quería saber más al respecto. Toqué el tambor solo para poder estar cerca de la guitarra. Cuando finalmente se fueron a dormir, tomé la guitarra y comencé a tocar".

Cuando regresó a su hogar en Kidal, Ag Kaedy transformó su morada en un espacio creativo idílico que traficaba con música en lugar de guerra. Luego, en 2012, los extremistas islamistas tomaron el poder en la región y prohibieron todas las canciones no religiosas. La casa de Ag Kaedy fue destruida, sus instrumentos fueron quemados y fue expulsado de Kidal. A Ag Kaedy le dijeron que si alguna vez regresaba a la ciudad donde nació, le cortarían los dedos.

Aún así, Ag Kaedy continuó tocando. En su mente, no había otra opción. "En el momento en que mis dedos tocaron las cuerdas y las sintieron vibrar, me dio escalofríos", dice. "Toda mi vida había querido unirme al ejército, como todos los demás tuareg. Pero en ese momento, supe que esto era lo que quería a partir de este momento".

La magistral interpretación de guitarra de Ag Kaedy evoca sentimientos de exilio lastimero y triste, de alguien que pasa sus años lejos de su tierra natal, a la deriva por poderes más allá de su control. Uno puede imaginar las notas nostálgicas suavemente arrancadas que viajan a través del vasto océano hasta las casas del desierto de amigos y seres queridos que han quedado atrás. En estas notas se escucha toda una vida de preguntas sin respuesta y una vida irrevocablemente desarraigada.


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