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Tom Bombadil también funciona en sinfónico

Canciones que son clásicos en La Plana en el formato sinfónico que les concede la Orquestra Lírica de Castelló. Así sonó por primera vez en sus cerca de 30 años de historia Tom Bombadil. Lo hizo en el Teatro Principal en las fechas pre-magdaleneras y gustó a los presentes que casi llenaron el recinto, con momentos de emoción como cuando Valentín ‘El Pato’ entonó “La estrella de la región” o de fiesta, con el superclásico “Vivimos en Castellón”, en el que la letra cambió para describir una ciudad que ya no hace honor a su fama de “no tener donde ir”.
  
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Tom Bombadil y la Orquestra Lírica de Castelló, con la escenografía de alumnos de la Escola d’Art i Superior de Disseny de Castellón. Foto gentileza de Sara Pesudo.

No eres de Castellón si… no conoces a Tom Bombadil. Raro es encontrarse en la ciudad a alguien que no haya cantado, bailado, asistido a un concierto o haya utilizado aquel célebre “Vivimos en Castellón, qué desesperación”. Tom Bombadil es como Morcillo o como Els Llauradors (como El Fadrí, el Lledó, les rosquilletes de la Mústia, las Papas García, Tombatossals, el “mone”, el “Pam, Pam, Orellut”… la Magdalena), es decir, iconos locales que a medida que se van alejando del epicentro de la Plana van perdiendo fuerza. Una Magdalena sin que suene Tom Bombadil parece menos Magdalena y un concierto en Magdalena con Tom Bombadil es éxito garantizado de público. Lo que ya no es tan normal es ver a Tom Bombadil en el Teatro Principal, ni tampoco escuchar su música envuelta por el sinfonismo de la Orquestra Lírica de Castelló.  Así ha ocurrido un 23F que parece como un golpe de estado a la tradición: “Tom Bombadil actuando en el Principal, a alguien se le ha ido la chaveta”, cantaba Valentín Tena El Pato durante el cierre de un concierto que ha vuelto a demostrar el poder de convocatoria del grupo en una ciudad que en los últimos años ha cambiado aquello de “no se puede salir, no tienes donde ir”.

Carlos Pascual, director de la Orquestra Lírica de Castelló, es de la ciudad y, por lo tanto, ha crecido escuchando los sones celtas y las letras irreverentes del grupo que no le pidió prestado a Tolkien el nombre de uno de sus personajes. Tom Bombadil Simfònic es su trabajado particular homenaje, un proyecto en el que a partir de la música del grupo –que a su vez parte de la música de unas cuantas de bandas de espíritu celta-, propone unos arreglos sinfónicos que conceden otra dimensión a las canciones. Un proyecto que a tenor de la asistencia al Principal –cerca del lleno completo- y de las aclamaciones durante y al final del concierto, ha recibido el visto bueno de los castelloneros de soca.

Valentín 'El Pato', siempre al frente en el escenario, emocionó con su interpretación de "La estrella de la región". Foto gentileza de José Mercadillo.

El público asistente al Principal fue con la lección bien sabida, a pesar de no responder del mismo modo que en una actuación normal. Conocía los momentos exactos en los que entrar con las palmas y se sabía las letras –lo mismo que ocurrirá en los conciertos de la Magdalena- pero con una diferencia: “Es la primera vez que actuamos sin una barra de bar”, argumentó El Pato cuando observó cierta vergüenza entre los presentes a la hora de seguir de manera activa los temas.

Sonaron todos los hits del grupo alterados por la grandilocuencia que le concede una formación de música clásica, enfatizando los momentos celtas y dotando de un bello sinfonismo canciones como “La estrella de la región”, en los que Valentín acompañado sólo por la Orquestra Lírica emocionó al auditorio. La cantó con mucho sentimiento un Valentín cuya voz fue a mejor tras un arranque demasiado rugoso y poco claro (o tal vez fue cuestión de sonorización). Más que un concierto de canciones lo fue de clásicos de letras plagadas de irreverencia: “Pepa”, “Niño malo”, “Reguee de la Gallina Turuleta”, “Acampada sexual”, e incluso algunas que se han incorporado al repertorio en esta segunda etapa del grupo, como la dedicada al aeropuerto  de Vilanova d'Alcolea o una tan reciente que la presentaron como “estreno”: “La paella”. Para la parte final reservaron las siempre ganadoras “El frare carmelità”, con Carlos Pascual colgándose la guitarra, “Hay un tío en mi calle”, “L’edifici”, "Whisky en el bar" o esa esperada culminación “Castellón” que puso algún palco a bailar con una letra adaptada a la actualidad –referencia a la estancia de Carlos Fabra en prisión- y al momento puntual del concierto en el Principal.

Tom Bombadil, en un hábitat no natural, el Teatre Principal. Foto gentileza de José Mercadillo.

Fue la exitosa cita pre-magdalenera de Tom Bombadil, que ahora llega a la semana en la que está en su salsa: con actuaciones el martes 1 de marzo, tras la Nit Màgica de Xarxa Teatre (empezará a las 23:00), en la avenida Rei en Jaume; y el viernes 4, en la Gaiata 15 Sequiol, allá a 1:30 para rematar las fiestas. En esos escenarios, Xavi, Javi, Dani, Ximo, Manolo, Juanjo, Valentín, Pau, Joan y Sebas se encontrarán en un hábitat más habitual para ellos. Y para su público.

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