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No somos nadie

Aprovechando que hizo sus prácticas de fin de grado en Nomepierdoniuna y que es colaborador de la web, le pedimos a Víctor Ballester, cantante de deBigote, que narrase desde dentro la experiencia de actuar en el escenario Las Palmas del FIB 2015 el día después de Blur y horas antes que Portishead. Es la crónica, contándoselo a sí mismo, de uno de los miembros de la primera banda castellonense en actuar en el escenario grande del Festival Internacional de Benicàssim. Sin desperdicio. Pasen y lean.
  
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Víctor Ballester, Sergio Navarro y Andrés Amores, de izquierda a derecha, durante el concierto de los castellonenses deBigote en el FIB 2015. Foto: Pau Bellido (ACF).

“Si eres famoso, la gente se siente atraída por ese fenómeno, quiere acercarse a la persona que hay detrás para averiguar por qué eres famoso. Así que, si eres una persona conocida, la gente desea conocerte. A veces es algo muy superficial. Hay personas que únicamente quieren vivir la experiencia de conocer a alguien a quien admiran, y eso me parece bien. En ocasiones hago lecturas públicas en librerías y hay gente que viene para ver qué aspecto tengo y no necesariamente para leer el libro. También hay otra gente que se siente muy identificada intelectualmente con mi obra que no quiere conocerme, lo cual me gusta bastante porque son personas a quienes únicamente les interesa la relación intelectual”.

Judith Butler

Te levantas, carraspeas, dudas, apagas el ventilador y piensas que ya ha llegado el día en el que te vas a subir al escenario “grande” del FIB para despachar algunas canciones con la banda con la que llevas tocando seis años (coges aire). Es domingo 19 de julio. Te vistes con cualquier resto de tela que no tape mucho y bajas a desayunar al bar de las “rumanas”. Enciendes el teléfono y consultas las crónicas de la jornada del sábado esperando leer alguna que coincida contigo. Nadie coincide contigo. Subes. Te duchas. Piensas en la voz. No está al 100%. Llevas tres días de FIB sin abusar. Sin cantar ninguna canción a pulmón, pero en el FIB se habla mucho y se proyecta poco. En el FIB se bebe mucho y se calienta poco. En el FIB no hay miel ni propóleo. Tampoco lo pedirías. Te acojonas. Carraspeas de nuevo y reflexionas sobre la idea de haberte quedado en casa la noche anterior, descansado, para no forzar, pero no te imaginas escuchando el concierto de Blur por la radio. Vaya concierto dieron. Piensas en Graham Coxon y en las maravillas que hace con su guitarra. Te sorprende recordar que uno de sus discos favoritos no tiene ni una sola guitarra, aquel “Speak & Spell” de Depeche Mode. Coges la ropa. Piensas en el plan b: la camisa de seda de Raúl. Adviertes de que tiene un girón justo detrás. Wassaps con el grupo + Cristina. Wassaps con todo el mundo. Andrés está contento. Juan está bien de las muñecas. Sergio está pletórico. Tú estás regular. Raúl lo magnifica con pocas palabras. Con las justas. Albert es muy grande. Su actitud debería recetarse en todas las consultas. Incluso en las homeopáticas. Piensas en tu hermano mellizo y en cómo darle la invitación que necesita para acreditarse. Le llamas, te pasan a tu madre. Tu madre balbucea algo relacionado con la suerte a indicación de tu hermana. Le dices que la quieres. No te escucha. Es posible que tu madre no sepa quién eres. Dudáis los dos. Cuelgas pensando que siempre hay algo más importante que un concierto: tu madre. Piensas en David: tu amigo. Piensas en Beth Gibbons y en la foto que quieres pedirle para David: tu amigo. Recuerdas el olor de los hospitales y de las tortillas de espinacas que tu hermano mellizo pedía cuando ibais a “La Fe”. Revisiones periódicas por una enfermedad del riñón que duró cuatro años. Era 1987 y aún no habías escrito “Jorge y Víctor”. Canción que no cantarás hoy. Jorge estará entre la gente. Su próximo hijo también. Los hospitales son lugares grandilocuentes. Todo es grande. Las puertas. Los ascensores. Las señales que indican. Las esperas. Salir de un hospital siempre es salir por la puerta grande. Piensas en “El Hospital” de Carlos Berlanga. Piensas en la camisa que te vas a poner y en tu profesora de Comunicación para la Igualdad. Matrícula de Honor. Piensas en el calor y en el color negro. Judith Butler viene a tu cabeza. El/ella estará estampado/a. Dudaste entre Judith y Beatriz. Judith refleja bien lo que has vivido durante estos cuatro años en la universidad, rodeado de chavales y chavalas a los que has abrazado en más momentos de los esperados. A las 13:30 quedáis para comer en Castellón. Te recoge Juan. Llegáis al bar y Raúl te abraza. Cristina, afónica, recuerda que hay que llegar a las 17:00 para descargar. Dos menús y algunas tapas. Raúl solo fuma. Albert come y fuma. Andrés fuma y come. Sergio y Juan comen y tú comes poco. Cambias el orden. “Modular” no puede ser la segunda del set. Propones tocarla en penúltimo lugar, cuando haya más gente. Aceptan. Alguien comenta el artículo de Ángel Gil Cheza en el Levante. Lo lees en voz alta. Es realmente bonito. Juanki escribe que va hacia el recinto. Juanki va a sonorizarnos. Juanki desprende una paz como la del final de las historias. Habláis de “Cosmos”, de la fina línea que separa estar afinado de no estarlo. Xavi escribe desde dentro del avión. Xavi está rumbo a Londres. Se preocupa por tu voz. Envía una foto del ala del avión. Piensas en lo terrorífico que es volar. Lo odias cada vez más. Pagáis la comida. Llegáis al local. Silencio y calor infernal. Sergio odia el calor y se pone nervioso. Sergio no quiere ponerse los pantalones pitillos. Cargamos. El calor sobrepasa a lo que viene siendo el infierno de los últimos días. Piensas en el norte y en aquella canción que nunca se grabó y que tanto te gustaba: “…guardas mi regalo para el final. Algo dulce. Fuerte. Del norte…”. Llegáis al recinto. No hay nadie. Solo el maldito sol. Los cabezas de cartel se han retrasado. El personal técnico dice que os avisarán para descargar. Hay tres camiones del tamaño de tres cachalotes cargando el espectáculo de alguna gran banda. Quizás Bastille, quizás Blur. Menuda ingente cantidad de focos robotizados. Piensas en robar uno. Camerinos. Fotos. Parecemos niños pequeños, pero sois seis cuarentones con una brutal intoxicación de “Síndrome de Peter Pan”. A nuestro lado Vetusta Morla. Delante Joe Crepúsculo. Te quedas con el segundo. Calor infernal. Calor infernal. Calor infernal. Camerinos. Silencios. Esperas. Otra vez calor infernal. Juanki aparece con una camiseta de Kraftwerk. La misma que tú perdiste hace muchos años. Te hace ilusión ver esa camiseta. “Autobahn”. Os llaman. Prueba de sonido. Un chaval que trabaja allí pide hacerse una foto con un músico inglés al que desconoces por completo. El músico se niega. El argumento: no se hace fotos con hombres. Piensas en la hostia que le metería Judith Butler. Otro músico le pregunta a una chica cómo puede saludar en español. Te giras y le dices que podría decir: “Good Evening Pasadena”. Se ríe. No te ha entendido. Os llaman. Prueba de sonido. Subes al escenario detrás de Raúl. Esto es grande. Muy grande. No hace calor. Hay muchas personas montando el espectáculo de Bastille. Piensas en el dinero que ganan. Piensas en lo que representa UK para la música pop. Hablas con Juan. Juan está muy bien. Sergio está muy bien. Raúl habla de pedales con un técnico. No hay ni una sola mujer. Andrés pide que no le preguntemos. Andrés ha tejido una leyenda de chico nervioso que atrapa al más pintado. Aparece una mujer. Todo es mentira. Andrés toca la guitarra mucho mejor de lo que piensa. Alberto está sentado. Probáis “Modular”, “Dona Diva” y “Cosmos”. La voz sigue regular. Cristina mira y hace fotos. Termináis la prueba y bajáis a cambiaros. Os cambiáis. Sergio finalmente se pone los pitillos con una camiseta de los Sex Pistols. Albert se pone corbata. Juan parece Pepe, su hermano, más que nunca. Qué guapos van todos. Silencio. Nervios. Cristina os deja solos. Os llaman. Son las 19:05. Subís al escenario por la zona de carga y esperáis. Os dicen que en cinco minutos empieza. Hay un gran abrazo. Hay caras de satisfacción. Sabes que todo va a salir bien. Sabes que va a pasar rapidísimo. Piensas en “346”. Te gusta mucho esa canción. Va a ser la primera y nadie la conoce excepto Cristina. Piensas en si podríais haber hecho mucho más durante todos estos años y en si vale la pena seguir con todo esto.

Pienso que nosotros, deBigote, no somos nadie. Pero también pienso que la identidad es un retraso. Y pienso que, al final, la vida, te da lo que puedes soportar. Y hoy, nos da esto. Ni más ni menos (risas).

19:15h

“346”

“Dona Diva”

“Continente”

“Cosmos”

“Modular”

“No os lo perdáis”

FIN

 

DeBigote, durante su actuación el pasado domingo en el escenario Las Palmas del FIB 2015. Foto: Pau Bellido (ACF).

 


  1. Pingback: deBigote: "Habitación 364" | nomepierdoniuna

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