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‘Lloverá y yo veré’ al Arenal capear el temporal

La tormenta anunciada llegó e interrumpió la primera jornada grande del Arenal Sound. Conciertos sin acabar, otros anulados e inquietud por si las lluvias obligaban a una actuación de urgencia para evitar males mayores entre los campistas. Cerca de 900 de los 35.000 acampados aceptaron ir a un lugar más seguro. La mayoría sólo piensa en seguir la fiesta y esperar que no caiga más agua en los tres días que quedan. Y entre un remojón y el siguiente, La Pegatina, el único grupo respetado por la lluvia que, por quinta edición, arrasó. La MODA, Ángel Stanich o Arizona Baby se apuntan también a la lista de los mejor recibidos por los asistentes.
  
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Los efectos de la combinación de charcos y La Pegatina. Foto: Ángel Sánchez (ACF Fotografía).

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lo anunciaba desde día atrás: el jueves 30 de julio lloverá en Burriana con el 100% de seguridad. Y no se equivocó. En el primer día grande u oficial del Arenal Sound llegó el agua. Lo hizo ya con los conciertos en marcha y se convirtió en la principal protagonista, obligando a parar las actuaciones de Jero Romero y Rudimental, suspendiendo las de We Have Band y John Newman, además de las previstas de los DJs al final de las largas noches, y llevando la inquietud a buena parte de los campistas, aunque la gran mayoría optó por quedarse ante la invitación de trasladarse a un lugar más seguro en Burriana.

Con Jero Romero cayó la primera tromba, obligando a una primera interrupción de la actividad musical durante unos veinte minutos. La Pegatina disfrutó de las mejores condiciones climatológicas del día, pero ya con Delafé y Las Flores Azules volvió el agua al recinto. Una lluvia fina, que no molestaba en exceso, pero que calaba, que iba y venía, pero que permitía seguir a La Roux sin excesivos problemas. Con Rudimental en el escenario empeoró la situación. Se tuvo que parar y que cada cual buscase una manera de refugiarse en un recinto encharcado o en un camping embarrado.

La organización anunció la suspensión del concierto de We Have Band y el de John Newman, mientras trasladaba su intención de recobrar la normalidad. Poco después, todo quedaba suspendido. Se echaba en falta un comunicado oficial en referencia a los campings Arenal y Malvarrosa. Y llegó pasadas las dos de la madrugada, pero por parte del Consorcio Provincial de Bomberos, que anunciaba la ausencia de peligro, al tiempo que aconsejaba “precaución”. Algunos ya habían optado por abandonar el camping por sus medios, otros comentaban que estaban en terreno embarrado y encharcado pero que, por el momento, no se sentían preocupados. Y algunos reclamaban a través de las redes sociales la reanudación de la música, sobre todo por parte de Vitalic, con el argumento de que ya no llovía. Vitalic actuará finalmente hoy viernes a las 5:00.

Pasadas las 3:00, se puso a disposición de los campistas una serie de autobuses para trasladarse a la Llar Fallera o a la Casa de la Cultura de Burriana en busca de un refugio más seguro y seco. Fueron 890 de los 35.000 posibles los que se acogieron a esta posibilidad. Algunos abandonaron también la localidad al día siguiente, otros regresaron al camping y la mayoría continuó en sus tiendas de campaña con la intención de proseguir el festival, con anuncio desde el Ayuntamiento de que no se contemplaba una situación peligrosa.

Con la lluvia llegaron las carreras para ponerse a resguardo. Foto: Ángel Sánchez (ACF Fotografía).

EL DÍA DEL 'INTERRUPTUS' Y DE LA PEGATINA

Jero Romero inauguró la actividad en el escenario secundario (Negrita). Muy juntos sobre el escenario, a lo Neil Young y Crazy Horse, él y su banda transmitían mucha fuerza mientras interpretaban canciones que conocían bien el casi millar de espectadores. Oídos ya temas muy bien recibidos como “Cabeza de león” o “Devolverte”, encararon una recta final interrumpida súbitamente.

Jero Romero no pudo acabar su actuación a causa de la primera tromba de agua. Foto: Ángel Sánchez (ACF Fotografía).

“Lloverá y yo veré" cómo La Pegatina abarrota el frontal del escenario principal (Desperados) y mucho más allá (un par de barras de bebida más allá, en concreto). Da igual que hayan actuado en cinco de las seis ediciones. Es la banda residente del festival burrianense y parece que cada año bate su propio récord de espectadores. Traían disco nuevo, Revulsiu, pero sin él hubiesen abarrotado del mismo modo. Son los amos de las tardes del Arenal. Nadie se lo puede discutir. “Muérdeme”, “Lléname de veneno”… y rematar con “Mari Carmen”, junto a Space Elephants. La Pegatina es un festival en sí mismo dentro del Arenal Sound.

Delafé y Las Flores Azules recibieron una muy buena respuesta del público. En diez años ha acumulado una ristra de temas de hip hop-pop que han calado, como “La primavera”, “Espíritu santo”… hasta esa declaración de principios al final coreada por los presentes “Esto no se para”. Pese a que en los minutos finales la lluvia caía con cierta fuerza, aguantó la homogénea piña de gente bailando sin más preocupaciones.

Los irlandeses Delorentos ofrecieron una actuación amable, cómoda, paso previo a la que iba a ser la parte más movida del cartel. Pop melódico que tal vez hubiese sonado más apropiado en otro momento y lugar. Gustaron a quienes les escucharon, aunque ya más preocupados por el agua que caía.

Pero la gran protagonista del jueves debía de ser una banda británica. Fueron muchos los que llegaban al Escenario Desperados con la intención de disfrutar de temas como “Waiting all night” en directo. Se quedó en una intención. Rudimental aguantó hasta el último momento sobre el escenario, el tiempo que les permitió repasar su último trabajo y dar pequeñas pinceladas de algunos de sus temas más conocidos antes de que la lluvia (y la organización del festival) dijese basta; con guiño a John Newman incluido (que estaba previsto actuase ese mismo día más tarde, pero tuvo que cancelar el concierto por el mal tiempo). Lo cierto es que la banda británica, acompañados de voces femeninas, dejó un excelente sabor de boca a todos los que bailaban bajo la lluvia a ritmo de electrónica y drum’n’bass con ciertos toques de hip hop, r&b y soul. Y así fue como el Escenario Desperados se convirtió en el Pool Stage...

Un poco antes sobre ese mismo escenario, una impecable e imparable Elly Jackson. Porque para La Roux no parecía ni que estuviese lloviendo. Pop electrónico ochentero sobrio y divertido que animaba a las nubes y que daba ganas de acercarse al camping -o al siempre abarrotado paseo- a recordar a la gente que lo que estaba pasando dentro era muchísimo mejor.

Una, dos, tres, cuatro y cinco actuaciones de La Pegatina en el Arenal. Todas con éxito. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Mientras, el escenario de la playa se dejaba llevar por la rumba, por el rock, el punk, el folk… Todo ese color musical al que da forma El Niño de la Hipoteca, acompañado en esta ocasión por Los Ratones. Cantar, bailar y divertirse desde el “Que te vaya bien”, con acompañamiento de La Pegatina sobre el escenario, hasta un particular “Flying free”. El que también cautivó al escenario de la playa (e incluso a la propia lluvia) fue Green Valley, la única propuesta reggae del festival. Ander y su banda demostraron que puede que la música jamaicana pueda tener su particular hueco en el Arenal Sound (como ya ha ocurrido en el Viña Rock, dirigido por la misma empresa), y es que es imposible no dejarse atrapar por su música y canciones como “Si no te tengo” y “Maria marihuana”.

MARTES: LA MODA, PRIMERA SORPRESA

Nocturnos fue el encargado de abrir la programación del 6º Arenal Sound. Lo hizo a bordo del Red Bull Tour Bus ante unos 150 espectadores. Los madrileños estuvieron simpáticos e interactivos con el público mientras hacían sonar melodías muy 60 y 70, pero puestas al día. En sus versiones caben desde The Clash a Miguel Bosé.

En el escenario de la playa (Inside) los primeros fueron los donostiarras Correos. Delante tuvieron a quienes se bañaban en una piscina abarrotada y sólo consiguieron captar a unos 200, puesto que, como siempre ocurría, la mayoría optaba por dirigirse al camping. En primera fila consiguieron un grupo de animadas seguidoras, que disfrutaron con sus temas más “moñas” –según ellos mismos- y algo menos en arrebatos propios del post-punk siniestro (“No creas las promesas”). Mejor recibida fue la movida “Todo el mundo necesita un corazón salvaje".

Correos abrió el escenario de la playa. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Un público que también le costó mantener a Joe La reina. Propuesta folk que en ciertas ocasiones chocaba con el ambiente del escenario de la playa, pero que sirvió como entrante para Full. Su sonido indie y pop se podría definir como el estilo tipo del Arenal Sound (similar a propuestas como Supersubmarina o Vetusta Morla), y sólo había que ver la forma en la que respondía ese público cautivado por el azul eléctrico de la banda. Efecto muy similar que también provocaba Belöp, pero con un sonido más electrónico, cargado de sintetizador y sonido psicodélico que atraía a más de uno al ritmo de "That kind of feeling", entre otros, en el escenario del autobús que coartaba en cierta manera sus movimientos y sonido, dando la sensación de que ahí faltaba algo.

La representación castellonense, Sánchez, contó con el menor aforo de la jornada inaugural. A pesar de ello, Fèlix Gimeno y el Grup d’Autoajuda demostraron habilidad y tener bien trabajado el repertorio del primer día.

Mujeres sacaron el rock de guitarras, garagero, power pop… Y sorprendieron reuniendo un buen número de espectadores ante el autobús nada más caer la noche y, además, provocando unos cuantos bailes (más allá del bote). Tal vez demasiado parecidos los temas, pero a los presentes no les importó.

La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La MODA) rompió el mito de que el Arenal Sound sólo reúne grandes gentíos ante propuestas dance o de fusión tipo La Pegatina. Para ser martes y formular rock americano, del que gusta a los irlandeses que emigraron a Estados Unidos, sorprendió su gran magnetismo. Como unos Pogues o una Seeger Band de Bruce Springsteen, cuentan historias de melancolía, de búsqueda de tesoros interiores… todo ello aderezado con acordeón, saxo, con los que remodelan un “It’s a long way to the top (If you wanna rock’n’roll)” de AC/DC. “Miles Davis” tras la introducción e “Hijos de Johnny Cash” para casi despedirse. Dos homenajes, dos declaraciones de principios por un grupo de Burgos que sube escalones rápida e incluso sorprendentemente atendiendo a su propuesta.

La piscina siempre triunfa en el Arenal. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Los que también hicieron pleno el primer día y continuaron con la atmósfera de La M.O.D.A. fueron, los ya habituales en el festival, Is Tropical. Ritmos fáciles y muy bailables que se han convertido ya en el acompañante perfecto del Arenal Sound. "Dancing anymore" o "Sun sun" son algunos de los temas que tienen la culpa de que Is Tropical llenase el escenario de la playa el primer día.

 

MIÉRCOLES: ÁNGEL STANICH AGUANTA LA DESBANDADA DE LA PISCINA

Si el martes fue un día de destacables aglomeraciones de público, el miércoles ocurrió todo lo contrario: muy poca expectación por ver a los grupos.

Emmerson se subieron con tres guitarras (una variaba a teclado) para ofrecer un pop apasionado en su interpretación mientras buscan la Estabilidad emocional a través del moderno añadido de la electrónica. Tuvieron poco público, pero contaron con grupo propio de seguidores que gozaron con temas como “El hombre de hojalata” y, sobre todo, “Mientes”.

En el momento en que la abarrotada piscina se vacía de gente apareció sobre el escenario Inside el enigmático Ángel Stanich, primero solo con guitarra y acto seguido con su cuarteto. Su Camino ácido no fue una invitación que obtuviese una gran respuesta entre quienes tomaban la senda del camping, pero sí concentró a cerca de quinientas personas para escuchar sus canciones. Narrador que gusta o disgusta por sus maneras. Declarado “El outsider”, como lo es también un Albert Pla con el que se le emparenta comparativamente, va cantando de una forma peculiar por fondo y formas, asemejándose a un songwiter norteamericano cuando cuenta que estuvo en “El cruce” o recuerda “La noche del coyote”. No faltó su versión de “El río” de Miguel Ríos, ni tampoco colaboradores, como Guillermo Aragón –batería de Arizona Baby- , quien introdujo un toque oriental con las congas. En el grupo de triunfadores del festival.

Las peculiares maneras de Ángel Stanich gustaron, tal vez contra pronóstico (por el lugar). Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Precisamente, también sorprendieron Arizona Baby. Y, es que, la característica banda consiguió reunir un buen número de gente con su llamada de rock e indie. “No es un concierto de pre-festival”, rumiaban algunos de los que se cruzaban con el cantante por la zona de la playa. Sea así o no, lo cierto es que Arizona Baby, que no es la primera vez que pisan el festival, fueron buen reclamo para mover a la gente del camping -y a esa hora no es nada fácil-.

Les siguió el siempre excéntrico Bigott. Como es habitual en él, bromas entre canciones, total conexión con el público (un fan insistente le ganó la batalla y consiguió que tocasen su canción favorita) y esa forma tan suya de conseguir que lo más serio sea irónico y divertido. Los que en cierta manera pincharon fueron Monarchy. Sus ritmos synthpop y nuevo trabajo, a los que tampoco acompañó el sonido del escenario de la playa, no acabaron de casar del todo como sí ocurría un día antes con La M.O.D.A.

El Último Vecino aportó synthpop, buscando el baile a través de la tecnología y un indisimulado aire ochentero liderado por la voz de Gerard Alegre, con ecos de New Order o incluso La Mode, que ya ha pasado por México o Lituania.

Metropol sorprendió por la contundencia de la voz de su cantante, Ray, así como por las guitarras, más propias del rock que de un pop bailable que, en principio, parece perseguir. Mucho más potentes que en disco, no tuvieron mucho público –poco más de 50 personas- pero, como se suele decir, “lo dieron todo”.

Holy Bounce se trajeron desde Barcelona un rock setentero y psicodélico que funcionó mejor cuando fue directo al grano que no cuando optaba por desarrollos largos.

La Llar Fallera refugió a quienes buscaron mayor seguridad que la ofrecida por el camping. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

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