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Leo Bassi y La Fam, dos maneras muy distintas de crear inquietud en el FITCarrer de Vila-real

Leo Bassi no defraudó en la segunda jornada del FITCarrer de Vila-real, como tampoco lo hizo la compañía local La Fam con su estreno, la turbadora ‘Marat/Sade’. El primero, con el humor; los segundos, con una puesta en escena impactante y una permanente sensación nerviosa. A su manera, ambos consiguieron crear inquietud, objetivo fundamental del teatro. La sorpresa llegó con Atempo Circ y el espectacular estreno de ‘Invisibles’, lleno de equilibrios imposibles y música marcando el ritmo.
  
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Leo Bassi y el pato, protagonistas en la plaza Mayor de Vila-real. Foto: ACF

Leo Bassi provoca curiosidad y al mismo tiempo infunde una latente inquietud. Simula que va a lanzar fuego con la boca hacia el público y levanta un ronroneo nervioso entre los presentes. Busca voluntarios entre el los espectadores para ser copartícipes de un número y genera ese “ojalá no me vea a mí” para respirar con alivio e incluso aplaudir con ganas cuando el clown italiano encuentra al involuntario partícipe. Éste -un chico y una chica jóvenes en el caso actual-, sabedor de los antecedentes de Bassi -escatológicos en muchos casos- no participa del divertimento de quienes observan, porque no sabe qué le espera. Bassi juega con el temor de la gente, porque sabe que con este sentimiento se anulan voluntades y reacciones, pero en su caso lo hace desde el humor, aunque explica que dentro del entramado social con el temor se busca el sometimiento del individuo y de la masa. Su presencia era una de las más esperadas de esta 27ª edición de Fitcarrer Vila-real, y no defraudó abriendo la jornada vespertina del sábado en el centro de la localidad ante cientos de curiosos atraídos por el culto al pato.

Irreverente, pero más contenido que en muchas de sus apariciones teatrales –espectáculo a las 17:00, con muchos menores presentes- defendió la Patocracia, el culto al ateísmo con el pato como figura representativa. Dos banderas con la efigie de un ánade de plástico de color amarillo le bordeaban cuando desde el palco del Auditori lanzó su discurso de presentación del patolicismo y su grito: "Cuac, cuac, cuac". Ataviado con los ropajes papales clownescos, bajó hasta la calle para allí bailar, asustar a los presentes e incluso realizar un truco de mentalismo con dos involuntarios. “La gente me tiene miedo, pero nunca he matado a nadie en mis espectáculos”, intentó tranquilizar a los dos jóvenes –él acabó estampándose un plato de nata en la cara-, aunque sólo pareció conseguirlo con los asistentes que les rodeaban. Se paseó como en una procesión seguido por el público y un pato inflable hasta llegar a la plaza Mayor, donde en una de sus rampas realizó un alegato en favor de los artistas tras haberse despojado de su ropaje, quedarse en calzoncillos y ser embadurnado con 3 kilos de miel y emplumado como un pato.

Una peculiar partida de golf por las calles del centro –cogiendo incluso el autobús que en ese momento pasaba casualmente por la avenida Francesc Tàrrega-, los veteranos cómicos vascos Trapu Zahurra y la mezcla de teatro y circo de los madrileños Teatro Percutor cerrarron la parte vespertina de una segunda jornada con plato fuerte para la noche, que arrancó a las 23:00.

En la plaza Maiorasga sorprendió muy positivamente el espectáculo mezcla de danza, música y equilibrismo Invisibles de los sudamericanos residentes en Barcelona Atempo Circ, con Miguel Ángel Soto realizando impresionantes ejercicios sobre barra en vertical, al son que al violonchelo y guitarra eléctrica marcaba Pepe Arias.

La Fam, durante espectáculo 'Marat/Sade'. Foto: Adrián Rambla.

A continuación arrancó uno de los platos fuertes de esta edición: el estreno de la compañía vila-realense La Fam y su Marat/Sade. Los preparativos ya proporcionaban al público una sensación inquietante, con un vallado rodeando la puesta en escena y dos escenarios, ubicándose en uno de ellos el grupo compuesto por el multiinstrumentista Manu Chabrera (Malnom, Aennea y Raw), firmante de la música, muy progresiva, junto con el bajista Darío Díaz (Malnom) y el batería Tico Porcar (TanStuPids). En el otro extremo, otro escenario fijo, y entre medias, el público asistente como espectador y grandes plataformas móviles sobre las que transcurría gran parte de la acción.

Quienes acudieron pensando que se trataba de una obra liviana, se equivocaron por completo, incluso en algunos provocó cierta sensación agónica que les aconsejó marcharse. Quienes se metieron en la obra –y nunca mejor dicho, ya que se mezclaban con los actores-, reconocieron el valor de poner en escena una complicada adaptación de la obra de Peter Weiss y dirigida por primera vez como La Persecución y asesinato de Jean-Paul Marat por el Marqués de Sade con el grupo de teatro de la casa de salud mental de Charenton y sus cuidadores (1963), intentando conservar el orden establecido ante la rebelión de los 'cuidados'. Es una representación de la parte más sanguinaria de la Revolución Francesa –guillotina incluida-, el asesinato del activista político Jean Paul Marat y, sobre todo, la crueldad humana. Silencio sepulcral entre el público que vivía muy in situ la acción hasta corresponder al esfuerzo interpretativa con aplausos y comentarios generales positivos

Dirigida por Jordi Arús, miembro fundador de La Fura dels Baus, la desarrollan Ana Blanco, Xavi Castelló, Jordi Collado, Anna Dobón, Sergio Heredia, Sergio Ibáñez y Miguel Ángel Sweeney. Su próxima cita, en el TAC de Valladolid, el 23 y 24 de este mes de mayo.

El final del segundo día de FITCarrer se relajó con la música de La Quinta Dolçainera y el humor crítico de Purna Teatre y su Star Farts.

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