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Ana Curra: "En la música clásica he sentido que me minusvaloraban por estar también en el punk"

Ana Curra. Foto: Alberto García-Alix.

El acto (Tres Cipreses/Dro, 1982) hizo de Parálisis Permanente un grupo de culto del underground, lejos de las megafórmulas, aunque sin quedar recluido en el ámbito del punk siniestro, alcanzando a otro tipo de público dentro del mundo del rock. En sus surcos, cada canción es un himno en el que se combinan el sexo, la religión, la lujuria, el terror de serie B... envueltos en un manto negro. Himnos que han sorteado el paso del tiempo y permanecen vigentes. Y una imagen: la de Eduardo Benavente observado por Ana Curra vestida de cuero y mostrando una espalda -también en la contraportada- que disparó libidos y la convirtió en el icono sexual de la Movida, una época de transgresión en la que Parálisis Permanente fue un paso más allá que el resto. Atrás quedaba Alaska y Los Pegamoides y por delante un prometedor futuro que se rompió por la muerte de Eduardo -su pareja sentimental- en accidente de tráfico en 1983. Seres Vacíos -su  grupo paralelo a Parálisis por consejo del propio Eduardo- y varios proyectos posteriores limitados a una grabación han complementado su carrera individual como Ana Curra. Una trayectoria con interrupciones por circunstancias personales -fallecimiento en 1995 de su pareja El Ángel- que ha combinado el mundo de la enseñanza de la música clásica (Ana Isabel Fernández) con la descarga punk (Ana Curra).

Un repaso a esa vida musical, junto con muestras actuales, se podrá contemplar el viernes 22 de diciembre en Ge Social Club de Vila-real (antigua Salatal), con Ana al frente de una banda que incluye al ex Parálisis Rafa Balmaseda (bajo) o a César Scappa (guitarra), persona importante en su vida y al que conoció muchos años atrás, en Los Escaparates, banda previa a Los Pegamoides, y de la que salieron también Eduardo y El Ángel. Como compañeros de cartel, los vila-realenses Kharma, grupo de reciente formación encabezado por Fernando Pardo que se ha estrenado con el disco Extraña penitencia ambulatoria. Además, sesiones con los djs Punk-Grau y Umlaut. Apertura de puertas a las 22:00, con entradas a 15 euros (anticipada) y 18 (taquilla).

Vía telefónica, Ana Curra atiende a Nomepierdoniuna para explicar algunas de las claves de su recordado pasado y de sus intenciones presentes y futuras.

>La persona encargada de gestionar tus entrevistas me ha comentado que te llame cerca del final de la mañana. ¿Momento de descanso en el Conservatorio de Música de El Escorial?
Sí, ahora me he salido y tengo un ratito para charlar.

>Es decir, te pillo en tu faceta de profesora de música clásica.
Sí, dando clases de piano.

>El Escorial, al lado de Madrid. Lugar de nacimiento, residencia y trabajo. ¿Influye en tu personalidad este lugar?
Sí que influye, sí... en la parte oscura. El Escorial es un sitio telúrico donde se concentran unas energías muy contradictorias. Felipe II mandó construir en una de las puertas al infierno el Templo de Salomón. A mí me ha marcado profundamente. El Escorial es un lugar que adoro y repelo a partes iguales.

“El Escorial me ha marcado profundamente. Es un lugar que adoro y repelo a partes iguales”

>El próximo 22 de diciembre estarás actuando en el Ge Social Club de Vila-real. No sé a la hora de la verdad qué cantidad de público responderá, pero te aseguro que cuando se anunció el concierto a través de las redes sociales se armó un buen revuelo entre los internautas.
Si vienen se encontrarán con un directazo, aunque está feo que lo diga yo, pero así me lo parece. En Vila-real llevaban mucho tiempo intentando que yo fuese allí y por fin ha sido posible coordinarlo, algo de lo que me alegro un montón.

>No recuerdo actuaciones tuyas, con ninguno de tus grupos, en Castellón. He realizado un rastreo con buscadores por si se me escapaba alguno y no me aparece ninguna referencia.
Últimamente seguro que en Castellón no. Sí en Valencia y en Murcia. Creo que nunca he tocado en Castellón. Tal vez hace 30 años, con Alaska y Los Pegamoides, en algún pueblo, porque íbamos mucho por Levante, pero en cualquier caso haría muchísimo tiempo, e igual no he ido nunca.

>Pues esos 30 años parecen haber generado una buena expectación.
Ojalá que sea una fiesta como Dios manda... y el demonio también.

>He encontrado en Spotify una playlist denominada "Ana Curra: canciones que toco en directo". ¿Se corresponde exactamente con el repertorio que vas a ofrecer en Vila-real?
Bueno, son algunas de las canciones que toco en directo. En Vila-real tengo pensado estrenar dos nuevas. En directo siempre me gusta introducir temas nuevos, no quiero repetir siempre lo mismo. Quiero evitar que sea una monotonía y una rutina. Para evitar esta monotonía, en directo toco muy poco y cada uno de los conciertos lo preparo mucho. Me gusta que cuando la gente va a uno de mis conciertos salga satisfecha de haber pagado una entrada para ver algo realmente especial y hecho con mucho entusiasmo. Ese no repetirme me sirve para que yo sienta como algo especial cada celebración.

>¿Esas dos canciones nuevas a las que aludes corresponden a tu carrera como Ana Curra o forman parte de algún proyecto que estás ideando?
Son de Ana Curra. Son canciones que aún no han sido grabadas. Se titulan "Fundido a negro", que la estrené el otro día en Valencia -el 31 de octubre en la Sala Rock City-, y "Aprendiz de bruja". Tenemos también otra canción nueva, de mi guitarrista -César Scappa- llamada "Tres tristes yonquis".

>Pero aunque presentes temas nuevos sabes que con tu legado musical, casi todo el público acude esperando que suenen esos clásicos que grabaste con Parálisis Permanente.
Con eso cuentan ellos y yo también. El grueso del repertorio es de Parálisis Permanente, que es la formación con la que me siento más identificada. Entiendo que el público vaya con la intención de escuchar esos himnos; pero a la vez, cualquier músico, cualquier artista, está viviendo un presente y busco un equilibrio. Creo que el tiempo ha tratado muy bien las canciones de Parálisis Permanente, han trascendido a su época. Tienen mucha visceralidad y vigencia. Me siento muy bien haciéndolas y las vivo de una forma muy veraz. Esas canciones van a estar ahí, porque el público las quiere, pero también hay de la etapa de Ana Curra, como "Pájaros de mal agüero", o de Seres Vacíos, como "Más" o "Luna nueva", junto con las nuevas. Además, una parte del público no desea ver siempre el mismo concierto de Ana Curra. Con las canciones de Parálisis Permanente y algo más yo me quedo más completa y creo que el público también se alegra de escuchar algo que no conoce tanto o nada.

>¿De las que compusiste o interpretabas en la etapa de Pegamoides rescatas alguna?
No. Ahora no. Algún día tocaré alguna de Pegamoides, ¿por qué no?. En Vila-real, no.

>En una respuesta anterior ya has hecho referencia al término "himnos" para hablar de las canciones de Parálisis Permanente. Creo que el gran mérito del disco El acto es que cada canción es un himno y por ese motivo siguen tan vigentes hoy en día.
Es un disco redondo, muy completo, con un himno tras otro. Incluso son himnos las dos versiones elegidas: "Heroes" de David Bowie y "Quiero ser tu perro/I wanna be your dog" de The Stooges. Esas dos canciones definen muy bien mis influencias y la de Eduardo. Además, las hicimos de un modo muy personal, llevándolas a nuestra forma. Creo que incluso esas versiones, interpretadas a nuestro modo, son himnos. Amaral ha hecho la versión de "Heroes", y se ha basado en la nuestra, no en la original de Bowie. Y si escuchamos el resto de los temas, "Unidos", "Tengo un pasajero", "Un día cualquiera en Texas", "Quiero ser santa", "Vamos a jugar" o "Autosuficiencia" -incluida en el EP compartido con Gabinete Caligari de 1982-, todo el mundo las corea. Son canciones importantes.

>¿Cuál fue la receta que dio lugar a un disco tan completo como El acto?
Es un disco redondo, muy cuidado en concepto, contenido, estética, imagen, letras, portada, música... Actual en su momento, porque transgredía lo que se estaba haciendo e iba un paso más allá. En el año que lo grabamos era vanguardia. Ahora, con la perspectiva histórica de casi 40 años después, compruebas que era una barbaridad para aquel entonces, cuando no había nada y estábamos saliendo de una época muy oscura. Había otros grupos, pero se expresaban de una manera muy distinta; la nuestra era muy visceral. Esa visceralidad, la sensualidad, la sexualidad y la veracidad que contiene son las claves para que haya trascendido con el paso de las generaciones. Todo ello con un toque muy personal. En su momento esas canciones eran himnos para mucha gente y hoy en día también para generaciones nuevas.

>Ese toque tan personal y cuidado es lo que lo distingue, porque en aquellos tiempos sí que se publicaron otros discos con ideas similares, pero se quedaron relegados a círculos minoritarios. Es decir, en aquel tiempo, lo más normal hubiese sido que El acto fuese degustado por un sector muy pequeño de público y que en pocos años lo hubiese olvidado, pero tiene el gran mérito de haber roto barreras y llegar a un sector amplio de espectros musicales diferentes.
Bueno, yo creo que ese círculo sigue moviéndose en lo subterráneo, lo que ocurre es que se ha ido uniendo gente de otras generaciones. No creo que la gran masa que sigue el reguetón conozca a Parálisis Permanente.

>Eso seguro.
Por eso te digo. Creo que es una masa que ha ido añadiendo gente de cuatro generaciones, pero siempre en ese submundo de lo subterráneo, en la cultura del dark y del punk. No creo que se haya hecho masiva, lo que a su vez es la clave de su permanencia. Lo que sale arriba se puede pudrir; es mal usado, prostituido... Y yo cuido mucho que eso no ocurra. Por ello, por ejemplo, limito muchos el número de conciertos. Cuido mucho ese repertorio y lo intento dignificar.

>Ahora las canciones de Parálisis Permanente forman el grueso de tus conciertos, pero estuviste muchos años sin acercarte a ellas en un escenario.
Fue el tiempo que necesité. La respuesta es absolutamente íntima y personal. Había muerto Eduardo, volví con Seres Vacíos, luego tuve malos años, me moví en otros terrenos, di clases, tuve que pasar un duelo. Cuando la vida te cierra ese círculo y de algún modo te curas, a la vez que yo me sentí con fuerzas para defenderlo en directo de una manera honesta, con la fuerza que se merecía el disco... es cuando lo he hecho. Ni más ni menos. Nadie me ha obligado. Mucha gente me lo pidió, pero me he decidido cuando me he sentido con poder para hacerlo.

“'El acto' es un disco redondo, muy completo, con un himno tras otro. Transgredía lo que se estaba haciendo e iba un paso más allá”

>Hace muy pocas semanas se proyectó en el Espai d'Art Contemporani de Castellón el documental Autosuficientes, en el que se cuenta la historia de Parálisis Permanente, así como tu gira de El acto. ¿Qué ha supuesto para ti participar en este trabajo y ver el resultado?
Danny García había dirigido previamente uno sobre los Clash, El auge y caída de The Clash, y otro sobre Johnny Thunders, Buscando a Johnny. Me propuso hacer uno sobre Parálisis Permanente. Le respondí que me parecía muy bien y que podíamos aprovechar la gira por México (2013) de Ana Curra presenta El acto, en el que retomaba el legado de Parálisis, y hacer un flashback, contando la historia de Eduardo, la del grupo y la mía. El resultado me parece interesante. Aparece mucha música y a la vez es una revisión después de treinta años. ¿Gustó en Castellón?

>No te puedo hablar desde mi punto de vista, porque no estuve allí, pero te aseguro que creó bastante expectación y, por comentarios, creo que sí fue del gusto de la mayoría de los espectadores.
Me alegro. Yo estoy muy contenta con el resultado del documental. El material es muy bueno en cuanto con calidad, de directos y fotográfico. Está hecho sin apoyo de nadie, en plan autosuficiente, por eso se llama así. Porque yo sigo en esa línea de organizármelo yo.

>El "Do it yourself" tan punk.
Sí, sí. Por eso me siento tan punk, porque nunca he perdido ese sentido, ese rumbo.

>En la época de la Movida, hubo de todo en cuanto a calidad, pero sí se apreciaba el interés por hacer cosas que rompiesen con el pasado, y encima los nuevos grupos encontraron el apoyo de los grandes medios de comunicación, algo que ahora falta para la gente joven, ¿o piensas que falta más espíritu transgresor hoy en día?
No. Creo que ni lo uno ni lo otro. Pienso que ha cambiado todo y no es posible comparar tiempos tan diferentes. Hoy en día la información sobre música es brutal, pero la industria discográfica se ha derrumbado y ahora estamos en un momento en el que cada uno hace lo que puede y como puede. Creo que hoy en día hay grupos que tienen creatividad y genialidad, y unos salen hacia adelante, otros no... pero siempre ha sido así. Antes muchos se quedaban en el camino y los que salían no tenían por qué ser los mejores. Siempre hay gente buena y gente mediocre. Gente que nace para observar y gente que nace para hacer. Gente que nace para imitar y gente que nace para crear. No cambia. Pero nosotros vivimos un momento histórico-social-político en el que veníamos de una sequía. Esas connotaciones dieron lugar a un momento donde había electricidad, alegría, ganas de transgredir. Y sí, es cierto que en aquel momento el Periodismo estaba todo a favor. Era una situación propicia. Ahora ocurre otra cosa: gente que hace una canción y ya quiere ser famosa, y no es eso. Te has de hacer tu recorrido, tus escenarios... Nada es gratis.

“'Vivimos un momento histórico-social-político en el que veníamos de una sequía. Esas connotaciones dieron lugar a un momento donde había electricidad, alegría, ganas de transgredir”

>Grupos nuevos que te llamen la atención.
Mueran Humanos, por ejemplo. Están currándoselo a muerte, haciendo escenarios, trabajando buenas canciones... moviéndose en el subterráneo, y acabarán saliendo. No creo que ser músico sea aparecer en Operación Triunfo y ya está. Hay mucho camino. Soy del lado izquierdo de los subterráneos; es lo que me llama la atención. Puedes tener un pelotazo con una canción, tener muchos likes, que te apoye una discográfica... pero has de tener algo detrás: canciones, contenido, transmisión... Lo otro es un bluff.

>Otras cosas que escuches ahora que te llamen la atención.
Escucho tanto que a veces se me emborrona todo. El último disco de Lagartija Nick, Crimen, sabotaje y creación, está muy bien, y creo que lo pueden mejorar en directo, porque lo vi en su presentación. La tensión musical, social y emotiva lo hace uno de los grandes discos de este año. Es otro de los grupos con los que me identifico mucho por su coherencia, sus raíces, por la importancia que le dan al directo, la tensión que crean. Para mí es muy importante que los grupos hagan unos directos que sean una conmoción, que el público acuda y salga transformado. No soporto a estos grupos indies que se suben a un escenario y se miran la punta de los zapatos, sin presencia, sin currarse el trabajo de transformación. Un directo te ha de llegar a las vísceras, provocar un shock. También es cierto que ahora ya no es tan fácil impactarme, pero aun así hace un par de años vi a Portishead y salí emocionadísima. Voy a mogollón de conciertos y algunos me impactan y en otros casos creo que estoy viendo la serie B de la serie B de la serie B, grupos que no lo hacen mal pero que eso ya lo he visto 40 veces y mucho mejor.

>¿A festivales grandes también acudes?
No. Me parece agotador. El oído se me satura y al final no valoras lo que ves. Prefiero propuestas concretas. Ahora mismo me apetece mucho ver a Nick Cave con su último disco, Skeleton tree. Le vi en la gira anterior a la muerte de su hijo y me quedé flipada. Estaba en un momento de gracia y estaba apoteósico. A los pocos meses murió su hijo. Ha vuelto a los escenarios y seguro que lleva una impronta muy bestia. Me gustaría escaparme a Londres para verle en esta gira, en la que va con Patti Smith, dos pesos pesados.

>Algo que siempre me llamó la atención de ti es que llegaste al punk, a la Movida... desde la música clásica, con la carrera de piano casi acabada. En cuanto a técnica existía mucha diferencia de nivel entre ambos mundos. No hablo de creatividad, sino de técnica. No sé si te resultó sencillo acoplarte a un nivel inferior en ese sentido.
No hubo dificultad. Tengo una manera muy atípica de ver la música. Vengo del mundo de la clásica, y en mis conciertos intento meter una píldora. En la clásica hay grandes transgresores y hoy en día están plenamente aceptados. Para mí Bach, Beethoven, Schubert o Chopin son vanguardia de su época. Lo que ocurre es que esta música nos la han arrebatado y la han convertido en algo elitista. Pero para mí estos músicos eran punk. Así de claro te lo digo. Cuando gente de conservatorios se siente superior, yo me descojono. Ellos son incapaces de hacer una canción como "Tengo un pasajero". Sin embargo, yo puedo tocar una sonata de Mozart o una pieza para piano y orquesta, y también "Autosuficiencia". No es fácil tener esa cabeza. Yo siempre me he sentido marginada en un sitio... en el otro, no, porque el punk no es de marginar. En la clásica sí he sentido que me minusvaloraban porque estaba también en el otro lado. Para mí, más que clásica, es música inmortal y estoy muy agradecida a mi madre por introducirme en ese campo, porque me ha permitido tener una visión de toda la historia de la música.

>Uno de los temas nuevos que me has comentado antes se titula "Aprendiz de bruja". ¿Tiene mucho de ti?
Todas mis canciones tienen datos biográficos, pero no los puedo desvelar (risas). Cuando haces una canción estás dentro de ella.

>En la playlist de Spotify con las canciones que interpretas en directo aparece "La oración" de un grupo de leyenda negra como Desechables, por el que Eduardo y tú apostasteis para el sello discográfico Tres Cipreses, pero me ha llamado más la atención que esté ahí "Adiós reina mía" de Eskorbuto, otra banda maltratada por la autodestrucción y que parecía estar contra todo.
Cuando voy por el norte siempre toco algún tema de Eskorbuto, otro grupo que yo considero absolutamente clave, con el que siempre me identifiqué. Es un grupo a reivindicar siempre.

“'No puedo vivir en la nostalgia todo el tiempo; necesito seguir construyendo mi vida y tener una perspectiva de futuro. Hay que encontrar un equilibrio”

>Has hecho referencias a otros proyectos tuyos, pero creo que a los músicos que habéis estado en grupos importantes o de culto os ocurre que por un lado se os une siempre a unas canciones míticas, a un legado muy apreciado, pero al mismo tiempo actúan como una losa que ningunea o deja en un plano muy secundario todo lo demás que habéis hecho a lo largo de vuestras carreras.
Lo has expresado muy bien. Es una losa. En "Aprendiz de bruja" también comento algo de eso. Pero la música tiene mucha fuerza, cambia vidas. Y eso hay que respetarlo. A mí también me ocurrió con Bowie, Lou Reed, la Velvet, Patti Smith... Cuando eres adolescente y estás descubriendo el mundo, de repente te llega alguien con un mensaje que te abre una puerta a otra dimensión. Eso ha ocurrido con las canciones de Parálisis. Pero en paralelo hay otra cosa, que es el camino de una persona. No puedo vivir en la nostalgia todo el tiempo; necesito seguir construyendo mi vida y tener una perspectiva de futuro. Hay que encontrar un equilibrio entre lo que te ha conformado como persona y lo que tienes por delante. No voy a estar viviendo en función de las opiniones sobre lo que gusta a otras personas de lo que he hecho. Si haces lo que crees que gustará a los demás, nunca llegarás a nada. La veracidad de una persona está en perseguir sus sueños para construir una realidad. Y mucha gente valora eso.

>Apartando los temas de Parálisis Permanente, ¿cuáles son los que prefieres de tu carrera?
Me gusta mucho "Luna nueva" de Seres Vacíos, que es tipo Velvet. "Ratas", también de Seres Vacíos, que es muy Rage Against The Machine antes de existir ellos. Y lo que estoy haciendo ahora me encanta, va mucho con mi evolución. Se me reconoce al instante. Es muy oscuro, muy dark, con un sonido muy grueso, muy primario, y con letras que definen mucho mi pensamiento. Es muy coherente con toda mi trayectoria. A nadie le va a extrañar que "Aprendiz de bruja" sea mía. Es coherente pero evolucionado. Ya no estoy en los 20 años, como cuando escribí "Tengo un pasajero". Me he ido nutriendo de cosas y profundizando en mi carácter y personalidad.

>Retomo una de tus respuestas anteriores, cuando hablabas del poder transformador de los directos. El día 22, en Vila-real, ¿crees que lo tendrás sobre quien acuda a verte?
Sí, sí. Es una cuestión de energía, de transmitir, de recibir, y seguro que ocurrirá, porque pasa en todos los conciertos que hago. Soy de la vieja escuela y voy al local de ensayo con los músicos, donde preparamos mucho el concierto. Nada de ensayar por skype. Eso se nota a la hora del concierto. Animo a la gente que esté cerca que lo elija como primera opción. Y lo digo en serio, no por tirarme el rollo: van a salir encantados. Y luego habrá fiesta, por lo que no les van a echar de la sala. Será bonito y divertido. Les garantizo que no se van a arrepentir.